
"Nuestra política exterior intervencionista no ha sido históricamente una fuerza estabilizadora en todo el mundo, sino que a menudo ha servido como una bola de demolición desestabilizadora que ha provocado daños en el extranjero y en el país", señala Anayian.
"Después del 11 de septiembre, Estados Unidos gastó más de 8 billones de dólares de los contribuyentes en guerras en Oriente Medio; perdió miles de tropas y mató a cientos de miles de civiles, y violó los derechos de la Cuarta Enmienda de los estadounidenses al espiar sus comunicaciones electrónicas. Es sorprendente que algunos todavía quieren que Estados Unidos siga inmiscuyéndose en Oriente Medio", ahonda Anayian.
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