Por Javier Suazo | 25/01/2025 | América Latina y Caribe
Fuentes: Rebelión
“Nuestra democracia es débil y marcada por una tradición de promesas incumplidas. O lo que es peor, a veces, con resultados que apuntan en dirección opuesta a las metas. No se trata de metas fáciles. No son logros que se alcanzan por el simple impacto inexorable de una relación causa/efecto” (Carlos Matus)
Hace más de 25 años que Carlos Matus, ministro de economía del Gobierno del presidente Salvador Allende (1970-1973), desarrolló los tres (3) Cinturones de Gobierno, referidos a las siguientes variables: a) Proyecto de gobierno; b) Gobernabilidad del sistema y c) Capacidad de gobierno. El primero referido a la capacidad de los partidos políticos y el partido de gobierno, para garantizar que las promesas de campaña se cumplan una vez hecho gobierno, pero también incorporando a las demás fuerzas políticas creando espacios de consenso y negociaciones en la gestión del Gobierno central y Congreso Nacional principalmente. Algunas de las promesas implican costos para unos y beneficios para otros, pero lo importante es una respuesta a los problemas de la población que deberían estar contenidos en el proyecto político.
“La gobernabilidad del sistema, es una relación entre el peso de las variables que controla y no controla un actor durante su gestión. Se trata, naturalmente, de las variables relevantes y pertinentes al proyecto de gobierno. También, depende de la influencia que el actor tiene sobre dichas variables, o sea del grado y el peso con que comparte tales controles con otros actores”.[1]
La capacidad de gobierno, refiere a la capacidad de liderazgo para enfrentar los problemas y alcanzar los resultados buscados, donde, según Matus, la experiencia, conocimiento y técnica de los funcionarios públicos (especialmente del presidente) juegan un papel fundamental. “Es una capacidad de conducción o dirección que se acumula en la persona del líder, en su equipo de gobierno y en la organización que dirige. Se basa en el acervo de técnicas, métodos, destreza s y habilidades de un actor y su equipo de gobierno requeridas para conducir el proceso social, dadas la gobernabilidad del sistema y el compromiso del proyecto de gobierno”[2]
En Honduras, como en la mayor parte de los países latinoamericanos, estos cinturones han sido débiles, empezando por el proyecto de gobierno, alimentado con promesas de campaña que no se cumplirían y poco avaladas por la población y grupos de interés. Pero también se evidencia una débil capacidad de gobierno alimentada por el clientelismo político y el desprecio a la experiencia y conocimientos de los funcionarios públicos, como también su alegría a la técnica y uso de modelos cuantitativos.
Honduras se apresta a celebrar una fiesta cívica con las elecciones internas previstas para marzo de 2025, pero con pronósticos reservados. La oposición política habla de fraude electoral, en el sentido de que, el partido de gobierno, podrá influir en las elecciones internas de los demás partidos para que gane el candidato fácil de vencer en las elecciones generales de noviembre de 2025.
Esta tesis es manejada por el precandidato Salvador Nasralla, de la corriente interna del Partido Liberal “Vamos Honduras”, al argumentar que la precandidata Ricci Moncada de Libertad y Refundación (LIBRE) y virtual ganadora de las internas en su partido, es a la vez Ministra de Defensa y con gran influencia en la línea de mando de las Fuerzas Armadas que son los custodios de las urnas.
El Ingeniero Nasralla propone que la abogada Moncada renuncie a su cargo público para que pueda competir en igualdad de condiciones y no incida en los resultados electorales de otros partidos y a favor de determinado candidato. Las encuestas dan con virtual ganador de las elecciones internas en el Partido Liberal a Salvador Nasralla, pero la cúpula de dicho movimiento se prepara para enfrentar acciones desestabilizadoras que afecten la obtención de los votos suficientes para lograr el triunfo.
En el órgano electoral, el partido de gobierno no tiene mayoría, ya que un consejero del Concejo Nacional Electoral es del Partido Nacional y otro del Partido Liberal, contra uno del Partido Libertad y Refundación (LIBRE), donde las decisiones se toman por mayoría simple, siendo la presidenta del dicho órgano para las elecciones generales de noviembre del partido liberal. Aunque no se reconozca, ello introduce transparencia al proceso y aleja las prácticas de elecciones anteriores, donde fue evidente una clara manifestación de apoyo al candidato oficialista, caso de las elecciones de 2013 y 2017.
La fiesta cívica será afectada por la falta de acceso a recursos de presupuesto requeridos por los órganos electorales para cumplir sus funciones y competencias en las fechas previstas. En la actualidad, a pocos 44días para las elecciones internas, todavía no se han asignado dichos recursos en tanto no hay consenso en el Congreso Nacional para aprobar el presupuesto de 2025 y que fue remitido por la Presidenta de la República, debiendo estos órganos trabajar con fondos provisionados anteriormente y préstamos. La provisión inicial de fondos se fijó en cerca de 1.492 millones de lempiras (decreto legislativo 92-2024 del 7 de Septiembre de 2024), pero las demandas son mayores si se consideran las elecciones generales.
Un problema de arrastre es el poco apoyo que se asigna a la Unidad de Política Limpia, pero que en el Gobierno actual se han aumentado los fondos al asignarse 110 millones de lempiras para fiscalizar el origen, destino y uso de los fondos por los candidatos. En otrora, hubo mucha “filtración” donde fue evidente la asignación de cuantiosos re cursos por ciertos candidatos sin conocerse su origen, sea provenientes del Narcotráfico o de la corrupción pública.
Recién “el comisionado de la Unidad de Política Limpia (UFTF), Emilio Hércules, informó sobre la reunión sostenida con el Centro Carter manifestando que fue una visita de cortesía, misma que puede tener beneficios para veedurías en los próximos comicios, pero más que todo fue para lograr estándares internacionales, esto sumado a la petición a la Secretaría de Finanzas (SEFIN), que desembolse el presupuesto para poder llevar a cabo la fiscalización y la propaganda electoral”. [3]
Hay también un problema de empalme, sobre todo de tiempo, en las acciones de los órganos electorales y el gobierno. Un cronograma elaborado por el Consejo Electoral asume que los recursos presupuestarios estarán en el tiempo y forma, que no sucede ni sucederá así. La capacidad de adaptarse a esta realidad es lo que puede determinar, incluso, el triunfo o poder de aceptar una elección.
La democracia a lo interno de las fuerzas políticas también en un problema. En LIBRE, la mayor parte de las corrientes internas apoyan a Ricci Moncada y solo una, Monarca, apoya a Rasel Tome. Hemos venido insistiendo que Ricci debió dialogar con Nelson Ávila, otra corriente denominada disidente del oficialismo, pero ya no hay tiempo, en tanto todo parece indicar que el Dr. Ávila participará en las elecciones generales con un nuevo partido, o sea el partido de Migrantes.
El Dr. Ávila es un conocedor de los aportes de Carlos Matus a la gestión tecnopolítica de los gobiernos, y puede aportar en la conformación del proyecto de gobierno 2026-2030 de LIBRE, partiendo de un balance global actual.
En el partido liberal, el pacto previo y la alianza después de las elecciones está lejos de lograrse. Se acusa al Jorge Calix, de ser un candidato infiltrado por Manuel Zelaya y estar ligado con el Narcotráfico, y a Salvador Nasralla de tener relación con las Maras y Pandillas. A Maribel Espinoza, otra de las candidatas, de ser golpista afín a Roberto Michelletti y abogada de las empresas de energía, incluso en la actualidad. En caso de Luis Zelaya, se le acusa de ser apoyado por Mel Zelaya y recibir sueldo de casa presidencia, lo cual ha negado.
Las reglas del juego no están claras, pero lo urgente es que la ciudadana y los grupos de interés se pronuncien sobre las propuestas de gobierno de los candidatos, ya que puede suceder que muchas de ellas, una vez en el poder y que benefician a la población, no se cumplan. Igual, pronunciarse sobre la incorporación de narcotraficantes y personas cuestionadas por actos de corrupción en las planillas, sin valorar los méritos y conocimientos de otros candidatos.
Notas:
[1] Ver Carlos Matus “Los tres Cinturones de Gobierno”. Universidad Nacional de la Matanza, 2007, Buenos Aires, pág. 21.
[2] Op cit , pág. 22
[3] Ver Hondudiario.com, 16 de enero de 2025.
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