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10 febrero 2025

El precio de la libertad: la costosa liberación de Irak del yugo de Washington



Por Zaher Mousa, The Cradle /Resumen Latinoamericano, 10 de febrero de 2025.

Mientras Bagdad ultima acuerdos bilaterales de miles de millones de dólares con los principales socios de la coalición para disolver la alianza liderada por Estados Unidos en su territorio, todas las miradas están puestas en el potencial acuerdo de la era Trump que podría redefinir el futuro geopolítico de Irak… a un precio.

Durante años, Washington ha enviado señales contradictorias sobre su presencia en Irak, oscilando entre la disposición a retirar tropas un minuto y una resistencia firme al mismo al siguiente.

Uno de los momentos más notables se produjo en 2020, poco después del asesinato por parte de Estados Unidos del general Qassem Soleimani de la Fuerza Quds iraní y del jefe adjunto de las Fuerzas de Movilización Popular (PMF) de Irak, Abu Mahdi al-Muhandis.

En aquel momento, un mensaje filtrado –descrito por el general estadounidense Mark Milley como “mal redactado y que sugería una retirada”– fue descartado como un borrador sin firmar destinado a medir las reacciones iraquíes. Pero Bagdad insistió en que el mensaje era exacto. Fue una clásica situación de “él dijo, ella dijo” que resume acertadamente muchas de las declaraciones públicas y secretas contradictorias hechas entre Washington y Bagdad.

Avanzamos rápidamente hasta el año pasado, y el proceso para establecer un cronograma para la retirada estadounidense de Irak finalmente se puso en marcha, aunque, una vez más, sin garantías firmes.

Independientemente de la postura de Irak o de sus resoluciones parlamentarias –muchas de las cuales siguen sin ser vinculantes–, años de negociaciones infructuosas bajo los gobiernos de los primeros ministros iraquíes Mustafa al-Kadhimi y Mohammed Shia al-Sudani han desplazado ahora la conversación hacia las relaciones bilaterales con socios individuales de la coalición en la lucha contra ISIS.

La costosa coalición

La coalición contra el ISIS, que en el pasado se consideraba una necesidad militar, se ha convertido en una carga financiera y logística para todas las partes. Según el Instituto Internacional de Investigación para la Paz de Estocolmo (SIPRI), el gasto militar total de la coalición internacional superó los 100.000 millones de dólares entre 2014 y 2020.

Se estima que Estados Unidos, como principal fuerza de la coalición, gastó durante ese período entre 30.000 y 35.000 millones de dólares en ataques aéreos, logística y armamento de las fuerzas locales. En 2016, el costo mensual de las operaciones estadounidenses contra el EI ascendió a 1.300 millones de dólares.

Otros miembros de la coalición también soportaron cargas financieras: Francia asignó aproximadamente 1.100 millones de euros anuales a operaciones en Irak y Siria entre 2015 y 2018, mientras que el Reino Unido gastó alrededor de 2.500 millones de libras entre 2014 y 2018.

En vista de estas cifras –y de la reelección del presidente estadounidense Donald Trump, cuyos principios básicos de política exterior incluyen poner fin a las “ guerras eternas ” y exigir que los aliados asuman una mayor responsabilidad financiera–, no sorprende que Washington ahora esté reduciendo sus compromisos con la coalición.

El gobierno iraquí ha actuado en consecuencia, adaptándose a los rápidos acontecimientos políticos de la región, y la coalición está transfiriendo silenciosamente su peso militar a zonas controladas por las Fuerzas Democráticas Sirias (FDS) lideradas por los kurdos.

El legado de la alianza y su fragmentación

Durante su visita a Londres el mes pasado, el Primer Ministro Sudani aludió a una creciente presencia británica en Irak a expensas de la presencia estadounidense. Dijo a la AFP que “se ha firmado una declaración conjunta sobre cooperación en materia de seguridad entre Irak y el Reino Unido”, un paso clave en la transición más amplia para alejarse de la coalición internacional.

Según Salam Adel, jefe del Centro de Información para Análisis, que acompañó a Sudani en la visita de alto nivel, el Reino Unido ya ha firmado acuerdos cruciales con Irak, incluido el desarrollo de la base militar de Qayyarah en Mosul y el regreso de las compañías petroleras británicas a Kirkuk.

Estas medidas indican que Irak no sólo está reemplazando a Estados Unidos por Gran Bretaña, sino que está forjando acuerdos bilaterales personalizados con los principales miembros de la coalición –a saber, Estados Unidos, el Reino Unido, Francia y Corea del Sur– para desmantelar sistemáticamente la coalición y redefinir sus asociaciones de seguridad.

Fuentes de la oficina del Primer Ministro iraquí informaron a The Cradle que los acuerdos del Reino Unido con Irak incluyen un proyecto de rehabilitación de 500 millones de libras (640 millones de dólares) para la base aérea de Qayyarah, parte de un acuerdo más amplio de 12.300 millones de libras (15.000 millones de dólares).

Mientras tanto, Francia también ha conseguido contratos importantes. En julio de 2022, Irak firmó un acuerdo con la empresa francesa Thales para adquirir radares avanzados de largo alcance, el Ground Master 403 y el GM 200, que cubrirán el espacio aéreo iraquí. Además, el Ministerio del Interior iraquí firmó un contrato en 2014 con Thales para sistemas de procesamiento y comparación biométrica (ABIS).

En otros acuerdos con Airbus, Irak ha adquirido 14 helicópteros, incluidos 12 cazas H225M Caracal. Sin embargo, el eje central de la cooperación franco-iraquí sigue siendo la inversión de 27.000 millones de dólares de TotalEnergies en los sectores petrolero y energético de Irak.

Washington, reconociendo la creciente autonomía de Irak , ha adoptado una postura intermedia: en lugar de suministrar directamente a Bagdad defensas aéreas avanzadas, ha alentado a Irak a que contrate a Corea del Sur, uno de sus aliados más cercanos.

Desde entonces, Bagdad ha adquirido el sistema Cheongung-II (conocido como el “Patriot coreano”) en un acuerdo por 2.780 millones de dólares. Este sistema combina tecnologías militares occidentales y orientales y fue desarrollado en colaboración con expertos rusos.

Además de esto, Irak también firmó un contrato de 93,7 millones de dólares con Korea Aerospace Industries para comprar helicópteros KUH-1, complementando un acuerdo anterior de 1.100 millones de dólares para 24 aviones de combate KT-50 Golden Eagle.

Si bien las recientes compras de sistemas de radar avanzados (TPS-77) y más de 40 helicópteros Bell durante la administración del expresidente estadounidense Joe Biden son dignas de mención, todas las miradas están ahora puestas en el posible acuerdo con Trump. A diferencia de Arabia Saudita, que puede invertir cientos de miles de millones en un acuerdo de la era Trump, Irak carece de un apalancamiento financiero similar.

Sin embargo, fuentes cercanas al bloque parlamentario del Marco de Coordinación de Irak sugieren a The Cradle que Bagdad buscará vías alternativas para asegurar la cooperación estadounidense para finalizar la retirada de la coalición.

Señales de partida

Mientras la Siria post-presidente Bashar al-Assad enfrenta una continua inestabilidad sectaria y Turquía expande sus operaciones contra las SDF, las fuerzas estadounidenses en Irak han iniciado un importante esfuerzo de redespliegue. Se están transfiriendo activos militares desde bases iraquíes –como Ain al-Assad– a lugares clave en Siria, entre ellos Kharab al-Jir, Qasrak y Shaddadi en la provincia de Hasakah.

En declaraciones a The Cradle , fuentes cercanas a la Resistencia Islámica en Irak describen la escala de estas transferencias aéreas y terrestres como “excepcionales”, lo que indica no solo un reposicionamiento sino un cambio operativo hacia la seguridad de los intereses estratégicos en Siria.

Los observadores creen que esta transferencia tiene múltiples objetivos: contrarrestar la expansión de Turquía a expensas de las SDF, facilitar la evacuación del tristemente célebre campo de refugiados de Al-Hol y, posiblemente, reubicar a los detenidos de la prisión de Gweiran (muchos de los cuales son agentes del ISIS) en Irak. Aunque no están confirmados, estos informes se alinean con objetivos más amplios de Estados Unidos en la región.

En términos de compromisos militares y económicos, Irak ya ha cerrado acuerdos por más de 30.000 millones de dólares con Francia, 20.000 millones con el Reino Unido y 5.000 millones con Corea del Sur. El inminente acuerdo de la era Trump, que podría reconfigurar aún más las perspectivas geopolíticas de Irak, sigue siendo la incógnita.

Algunos analistas comparan estas negociaciones con el histórico acuerdo de armas Al-Yamamah entre Arabia Saudita y el Reino Unido en los años 1980, en el que la cooperación militar estaba vinculada a la protección internacional. Si las tensiones con Washington aumentan, la capacidad de Irak para reunir a sus aliados europeos podría resultar decisiva para contrarrestar la presión estadounidense para distanciarse de Irán.

En definitiva, la estrategia de Irak es clara: sustituir el anticuado modelo de coalición internacional por una red de asociaciones bilaterales directas que garanticen la seguridad y al mismo tiempo recuperen la soberanía nacional. La única pregunta que queda por responder es qué precio tendrá que pagar Bagdad por la salida definitiva de Washington.

https://www.resumenlatinoamericano.org/2025/02/10/irak-el-precio-de-la-libertad-la-costosa-liberacion-de-irak-del-yugo-de-washington/


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