Los lazos entre EE.UU. e Irán se están moviendo hacia una nueva fase de la tensión tras la renovación de las sanciones contra Irán y las decisiones de Trump.
La decisión del Senado de ampliar las sanciones contra Teherán que fue aprobado por unanimidad y ahora deberá ser firmado por el presidente saliente Barack Obama, agravaría aun más las relaciones entre Washington y Teherán, ya que esta iniciativa sorprendió al país persa, que en reiteradas veces ha demostrado su compromiso con sus acuerdos internacionales, sobre todo el de nuclear, pero sin duda Irán está preparado para dar una respuesta adecuada a tal medida.
Ante esta medida, más de 260 parlamentarios iraníes urgieron al Gobierno del presidente iraní, Hasan Rohani, a adoptar una ‘acción adecuada de reciprocidad’ ante la violación del Plan Integral de Acción Conjunta (JCPOA, por sus siglas en inglés) por EE.UU..
Por su parte, el canciller iraní, Mohamad Yavad Zarif, al denunciar la falta de credibilidad del Gobierno norteamericano, advirtió que la República Islámica de Irán tiene "todas las opciones y alternativas para responder a la violación de EE.UU. de sus compromisos".
Además, el jefe de la Organización de Energía Atómica de Irán (OEAI), Ali Akbar Salehi declaró que Irán se reserva el derecho a tomar las medidas de represalia ‘que considere oportunas’ tras la decisión antiraní del Senado de EE.UU..
A su vez, el Líder de la Revolución Islámica de Irán, el ayatolá Seyed Ali Jamenei, advirtió en noviembre que una extensión de las sanciones violaría el acuerdo.
La renovación de las sanciones contra Irán refleja la postura de apoyo que muestra el Congreso para la llegada del presidente electo, Donald Trump, quien describió el acuerdo nuclear del país persa con el Grupo 5+1 (EE.UU., el Reino Unido, Francia, Rusia y China, más Alemania) como el peor en el mundo. Sumando a esto, la decisión de Trump de elegir al general retirado de los Marines James Mattis, apodado Mad Dog o Perro Furioso, como secretario de Defensa podría aumentar las tensiones entre los dos Estados.
Mattis, quien comandó la invasión de Afganistán en 2001 y de Irak en 2003, y que Trump le comparó con George Patton, quien comandó el avance de las tropas estadounidenses en Francia y Alemania durante los últimos meses de la Segunda Guerra Mundial, es un experto en los asuntos de Oriente Medio y uno de los estrategas militares más importantes de los últimos años que defiende una estrategia más robusta contra Irán, y un acercamiento al régimen de Israel.
El 'Perro Loco' ve a Irán como principal amenaza para la estabilidad de la región, por encima de organizaciones terroristas como el EIIL (Daesh, en árabe) o Al-Qaeda, alegando que el país persa bajo el alegato de combatir estas organizaciones terroristas está buscando aumentar su influencia en la región. Además Mattis recientemente consideró que Teherán ha tenido una postura consistente desde la victoria de la Revolución Islámica en 1979 que no muestra síntomas de cambio.
Sin embargo, su selección implicaría que el Congreso cambie la legislación vigente antes de ser confirmado porque la ley impide que oficiales militares retirados se conviertan en secretario de Defensa antes de que transcurran siete años tras dejar el servicio activo.
La única excepción previa fue para el General George C. Marshall en 1950-1951 durante la Guerra de Corea, pero Marshall fue una figura muy diferente, ya que previamente fue secretario de Estado y tuvo una participación crucial en crear vínculos más cercanos con Europa occidental después de la Segunda Guerra Mundial.
Mattis, se une al equipo de seguridad de Trump, que ya incluye al teniente general retirado de la Armada Michael Flynn como asesor de seguridad nacional y al representante Mike Pompeo como director de la CIA, y David Petraeus, jefe del Departamento de Estado.
Tanto Mattis como el también retirado Michael Flynn, dan asesoramiento a Trump durante la legislatura, que comienza el 20 de enero de 2017. Flynn, tiene mucha influencia en Trump, al que convenció de que Estados Unidos debe mantener una "guerra mundial" con los grupos extremistas y debe trabajar con cualquier aliado dispuesto en la lucha, incluyendo al presidente ruso, Vladimir Putin.
Teniendo en cuenta que el presidente electo no es hombre político sino que es un hombre de negocio, sin duda sus decisiones serán afectadas por Mattis, Flynn, y Petraeus. Los tres generales tienen en común que sirvieron en las guerras de la última década, es decir en Irak y Afganistán, y consideran a Irán como amenaza, y eso podría causar una guerra en Oriente Medio que involucrará a varios países.
Las tensiones entre Estados Unidos e Irán serían un desastre para los países árabes del Golfo Pérsico, ya que si se registra una posible guerra entre Teherán y Washington, las bases militares estadounidenses en los países árabes serán objeto de los ataques de Irán.
Además una confrontación provocaría la llegada de las flotas y portaaviones de EE.UU. a las aguas de los países árabes, que los obligará a firmar acuerdos militares de decenas de miles de millones de dólares para mejorar su seguridad, y posiblemente participar en cualquier ataque contra Irán para cumplir con las órdenes del país norteamericano, y eso puede generar problemas financieros para estos países, ya que Donald Trump, durante su campaña electoral había dicho que Arabia Saudí debería pagar por el apoyo que le da EE.UU., porque si no fuera por Washington, no existiría Riad.
Mohsen Khalif Zade
http://www.hispantv.com/noticias/opinion/326882/trump-provocar-guerra-golfo-persico-sanciones-antiranies
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