Por Luis Beaton
Caracas, 9 abr (PL) Exagerar los peligros existentes hoy en Venezuela al parecer forma parte de la estrategia para afincar la imagen de inseguridad encaminada a justificar una intervención externa, presunta salvadora de la estabilidad del país.
Cuánto de cierto o falso hay en lo que se trata de vender en lo interno y hacia las grandes masas que observan con alarma la situación manipulada por los grandes medios y descrita como catastrófica por figuras como la del secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro.
Un comunicado emitido por Almagro da cuenta de 'un manifestante muerto y decenas de heridos y detenidos es el saldo inicial de la represión (el viernes), que busca sofocar el clamor por elecciones libres, la única forma de salida para un país devastado por la crisis política y el saqueo'.
La protesta pacífica y el derecho a la libertad de reunión pacífica -arguyó- son derechos universales que debe respetar cualquier gobierno, especialmente los gobiernos democráticos. Esto revela nuevamente que en Venezuela no existe Estado de derecho y que se violan metódicamente los derechos humanos, agregó el titular de la OEA.
Nada de esto se ajusta a la realidad. Primero hay libertad de manifestarse, pero las autoridades tienen el derecho de limitar los lugares para evitar enfrentamientos entre fuerzas opuestas, estiman observadores sobre el terreno.
Las manifestaciones violentas, según lo visto por este corresponsal, son promovidas por grupos opositores al gobierno, muy vinculados a 'los demócratas del continente', como llama Almagro a aquellos que 'no aceptaremos pagar con sangre venezolana las deudas de democracia, libertades, prosperidad, Constitución y derechos que sus gobernantes han contraído a costillas del pueblo', algo que provocan y manipulan estos defensores.
El comunicado se emitió después que Almagro se reuniera el jueves en Washington con el presidente de la Asamblea Nacional venezolana, el opositor Julio Borges, lo que indica que el llamado golpe blando contra el presidente Nicolás Maduro se cocina en la capital estadounidense, con el apoyo de opositores locales.
Las páginas de los grandes medios describen hechos que no se corresponden con la realidad, tratan de pintar una imagen explosiva en todo el país.
Por ejemplo, aquí a los pies de la montaña Ávila expresiones de violencia aparecieron de forma esporádica en áreas de Altamira y Chacaito, conocidos bastiones capitalinos de la oposición de derecha y de la burguesía del país, para otras zonas del este, oeste y sur, hay tensión pero, no se aprecian las dantescas escenas previstas y anunciadas por medios contrarios al gobierno.
A ese ambiente de inseguridad y violencia ayudan hechos como este: 'A Miami debieron ir los tenistas venezolanos a jugar en la Copa Davis contra El Salvador. Ni un solo juego se realizará en Venezuela, porque la Federación Internacional consideró Âíque era peligroso! Pero nadie, ni la Federación de Tenis ni el IND ni Min-Deportes dijeron nada', manifiesta con desagrado el comentarista Eleazar Díaz Rangel.
Lógicamente, es la manipulación de los escenarios lo que ayuda al ambiente de inseguridad, aquí todo puede tener una interpretación.
Por ejemplo a las 08:00 de la mañana (hora local) de este domingo una escuadra de militares con uniformes verde olivo de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB) se desplegaba en la escalinata del edificio Financiero Latino, en Urdaneta y Avenida Fuerzas Armadas.
Cualquiera pensaría que resulta un escenario de violencia, pues por ahí radica la Defensoría del Pueblo, pero nada, es puro ejercicio preventivo. El peligro es inexistente.
Esto no quiere decir que el país no esté en tensión, si la hay, la gente de a pie está preocupada por su terruño y las amenazas que llegan desde el exterior, pero, hasta ahora, según el dicho popular: 'la sangre no llegó al río', a no ser que fuerzas externas agredan a la patria de Simón Bolívar y Hugo Chávez. Entonces si habrá un escenario para temer.
No obstante, aún hay voces como la del secretario general de la Unasur, Ernesto Samper, quien declaró que una agenda electoral explícita es la mejor forma de conjurar la crisis política. Lo dice quien ha estado en las conversaciones con ambas partes y promoviendo como pocos el diálogo.
De igual forma, pero en sentido contrario, hay aullidos como los del presidente argentino, Mauricio Macri, quien habla de 'violaciones de los derechos humanos' en Venezuela y llama a 'meter presión' para provocar la explosión de una bomba que puede tocar a toda América Latina.
En este escenario la interpretación de los peligros puede variar, todo depende de estar en el momento equivocado y a la hora equivocada en la secuencia de un hecho.
ocs/lb
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