Por Oscar Bravo Fong
Damasco, 2 feb (PL) Mientras la Conferencia de diálogo intersirio en Sochi intentaba buscar una salida pacífica al prolongado conflicto armado en Siria, el Ejército turco continuó sus ataques en el norte de este país, que el gobierno de este país califica como agresión.
Damasco, 2 feb (PL) Mientras la Conferencia de diálogo intersirio en Sochi intentaba buscar una salida pacífica al prolongado conflicto armado en Siria, el Ejército turco continuó sus ataques en el norte de este país, que el gobierno de este país califica como agresión.
Una nueva denuncia de Damasco ante Naciones Unidas refiere que autoridades del vecino país difunden mentiras que no convencen a nadie en sus intentos de justificar las acciones militares contra territorios sirios.
De acuerdo con la cancillería, las fuerzas turcas, que atacan desde el 20 de enero último al enclave sirio de Afrin, intentan amparar su ofensiva en el principio de la autodefensa, establecido en el artículo 15 de la Carta de la ONU, al igual que hizo la llamada Coalición Internacional, encabezada por Estados Unidos.
Con el fin de legitimar sus ataques armados, Ankara plantea que mediante esas acciones asegura la protección de sus fronteras con Siria ante el posible embate de las milicias árabe-kurdas Unidades de Protección Popular.
Ese cuerpo armado, parte de las Fuerzas Democráticas Sirias (FDS), apoyadas por Estados Unidos, es acusado por el país euroasiático de tener vínculos con el Partido de los Trabajadores del Kurdistán, el cual opera en Turquía y es catalogado como organización terrorista.
Luego de consumada la incursión turca en el cantón de Afrin, la propia asesora política y de medios de comunicación de la presidencia, Bouzeina Shaaban, condenó esa invasión, al considerar que viola la soberanía e integridad territorial de esta nación mesoriental.
Shabaan expresó también que 'cuando la alianza de la Resistencia comenzó a ganarle la batalla al terrorismo en suelo sirio, los países que apoyan el extremismo se movilizaron, ya sean las fuerzas invasoras turcas o estadounidenses, para reemplazar a los terroristas en el norte de Siria'.
De cara a la complicada situación que vive este Estado árabe, el propio gobierno de Francia, cuyas fuerzas integran la Coalición Internacional, alertó sobre el riesgo de que el Ejército turco invada parte de Siria durante su operación contra las milicias kurdas.
Analistas consideran que la nueva incursión de las tropas castrenses de Ankara, con saldo hasta ahora de más de 70 civiles muertos, entre ellos niños, tiende a empeorar aún más la situación militar en este país árabe.
A las cuantiosas pérdidas de vidas humanas por los incesantes bombardeos de la aviación de guerra de Turquía, se une el desplazamiento de más de 16 mil civiles de Afrin hacia otras zonas en la Gobernación de Alepo, corroboran organizaciones humanitarias.
Las propias autoridades de Damasco llamaron a detener la embestida militar, luego de que los intensos bombardeos destruyeran en Afrin un histórico templo de piedras basálticas y otros monumentos y piezas arqueológicas de la antigua cultura de los arameos.
En tanto las fuerzas armadas turcas desoyen los clamores para detener la injusta guerra, el Ejército estadounidense, que mantiene un contingente de unos dos mil soldados en el norte sirio, parece decidido a evitar defender a su eventual socio de las FDS.
La posición tiene su base en que Washington presuntamente intenta evitar un encontronazo con su antiguo aliado Turquía, que lo exhortó recientemente a que retire sus unidades militares de Manbij, en el norte sirio.
Tanto el país del Norte como Turquía son miembros activos de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (Otan), y aunque Ankara se acerca a Rusia, tal asociación parece bien ensamblada por intereses comunes en Siria y en esta región de Medio Oriente.
En medio de ese caldeado ambiente, no son pocos los expertos que se hacen la pregunta: Si los países occidentales están verdaderamente interesados, como expresan, en buscar una salida política al conflicto en Siria, ¿por qué no apuntalan foros progresistas como el de Sochi?
Un cónclave de diálogo como ese, celebrado recientemente y auspiciado por los países garantes del proceso político en Siria -Rusia, Irán y Turquía- dio pasos importantes en la senda de la ansiada paz para Siria, en guerra desde hace casi siete años.
La Conferencia, a la que asistieron unos mil 600 delegados y organismos internacionales, estableció en su declaración final un acuerdo para la creación de un Comité Constitucional, integrado por mil 500 representantes de la oposición y del gobierno sirio.
Ese Comité se encargará de discutir enmiendas a la Carta Magna actual de este país árabe, cuna de civilizaciones y donde confluyen diversos grupos sociales y étnicos.
Numerosos sirios entrevistados coincidieron en que foros como el de Sochi resultan importantes ya que ratifican la necesidad de preservar la integridad territorial de Siria, frente a los intentos de países occidentales de dividirla y desintegrarla, según sus planes.
Pese a esfuerzos por alcanzar la paz y estabilidad en Siria, países como Estados Unidos, Israel, Arabia Saudita y la propia Turquía prosiguen apoyando con armas y logística a grupos terroristas armados en este territorio, reitera en sus denuncias el gobierno sirio.
Esas acciones persiguen, entre otros objetivos, echar más leña al fuego de la guerra en este Estado árabe, para que Occidente prosiga con su comercio de armas en la región y también derrocar al gobierno constitucional del Presidente, Bashar al-Assad, sin contemplar el respaldo popular conque cuenta el mandatario.
El gobierno sirio, cuyo Ejército y aliados contribuyeron a la reciente derrota del grupo terrorista Estado Islámico, ha manifestado su disposición de realizar nuevas elecciones, en un clima de paz y concordia.
mem/obf
De acuerdo con la cancillería, las fuerzas turcas, que atacan desde el 20 de enero último al enclave sirio de Afrin, intentan amparar su ofensiva en el principio de la autodefensa, establecido en el artículo 15 de la Carta de la ONU, al igual que hizo la llamada Coalición Internacional, encabezada por Estados Unidos.
Con el fin de legitimar sus ataques armados, Ankara plantea que mediante esas acciones asegura la protección de sus fronteras con Siria ante el posible embate de las milicias árabe-kurdas Unidades de Protección Popular.
Ese cuerpo armado, parte de las Fuerzas Democráticas Sirias (FDS), apoyadas por Estados Unidos, es acusado por el país euroasiático de tener vínculos con el Partido de los Trabajadores del Kurdistán, el cual opera en Turquía y es catalogado como organización terrorista.
Luego de consumada la incursión turca en el cantón de Afrin, la propia asesora política y de medios de comunicación de la presidencia, Bouzeina Shaaban, condenó esa invasión, al considerar que viola la soberanía e integridad territorial de esta nación mesoriental.
Shabaan expresó también que 'cuando la alianza de la Resistencia comenzó a ganarle la batalla al terrorismo en suelo sirio, los países que apoyan el extremismo se movilizaron, ya sean las fuerzas invasoras turcas o estadounidenses, para reemplazar a los terroristas en el norte de Siria'.
De cara a la complicada situación que vive este Estado árabe, el propio gobierno de Francia, cuyas fuerzas integran la Coalición Internacional, alertó sobre el riesgo de que el Ejército turco invada parte de Siria durante su operación contra las milicias kurdas.
Analistas consideran que la nueva incursión de las tropas castrenses de Ankara, con saldo hasta ahora de más de 70 civiles muertos, entre ellos niños, tiende a empeorar aún más la situación militar en este país árabe.
A las cuantiosas pérdidas de vidas humanas por los incesantes bombardeos de la aviación de guerra de Turquía, se une el desplazamiento de más de 16 mil civiles de Afrin hacia otras zonas en la Gobernación de Alepo, corroboran organizaciones humanitarias.
Las propias autoridades de Damasco llamaron a detener la embestida militar, luego de que los intensos bombardeos destruyeran en Afrin un histórico templo de piedras basálticas y otros monumentos y piezas arqueológicas de la antigua cultura de los arameos.
En tanto las fuerzas armadas turcas desoyen los clamores para detener la injusta guerra, el Ejército estadounidense, que mantiene un contingente de unos dos mil soldados en el norte sirio, parece decidido a evitar defender a su eventual socio de las FDS.
La posición tiene su base en que Washington presuntamente intenta evitar un encontronazo con su antiguo aliado Turquía, que lo exhortó recientemente a que retire sus unidades militares de Manbij, en el norte sirio.
Tanto el país del Norte como Turquía son miembros activos de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (Otan), y aunque Ankara se acerca a Rusia, tal asociación parece bien ensamblada por intereses comunes en Siria y en esta región de Medio Oriente.
En medio de ese caldeado ambiente, no son pocos los expertos que se hacen la pregunta: Si los países occidentales están verdaderamente interesados, como expresan, en buscar una salida política al conflicto en Siria, ¿por qué no apuntalan foros progresistas como el de Sochi?
Un cónclave de diálogo como ese, celebrado recientemente y auspiciado por los países garantes del proceso político en Siria -Rusia, Irán y Turquía- dio pasos importantes en la senda de la ansiada paz para Siria, en guerra desde hace casi siete años.
La Conferencia, a la que asistieron unos mil 600 delegados y organismos internacionales, estableció en su declaración final un acuerdo para la creación de un Comité Constitucional, integrado por mil 500 representantes de la oposición y del gobierno sirio.
Ese Comité se encargará de discutir enmiendas a la Carta Magna actual de este país árabe, cuna de civilizaciones y donde confluyen diversos grupos sociales y étnicos.
Numerosos sirios entrevistados coincidieron en que foros como el de Sochi resultan importantes ya que ratifican la necesidad de preservar la integridad territorial de Siria, frente a los intentos de países occidentales de dividirla y desintegrarla, según sus planes.
Pese a esfuerzos por alcanzar la paz y estabilidad en Siria, países como Estados Unidos, Israel, Arabia Saudita y la propia Turquía prosiguen apoyando con armas y logística a grupos terroristas armados en este territorio, reitera en sus denuncias el gobierno sirio.
Esas acciones persiguen, entre otros objetivos, echar más leña al fuego de la guerra en este Estado árabe, para que Occidente prosiga con su comercio de armas en la región y también derrocar al gobierno constitucional del Presidente, Bashar al-Assad, sin contemplar el respaldo popular conque cuenta el mandatario.
El gobierno sirio, cuyo Ejército y aliados contribuyeron a la reciente derrota del grupo terrorista Estado Islámico, ha manifestado su disposición de realizar nuevas elecciones, en un clima de paz y concordia.
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