Este gobierno se ha caracterizado por negarse al diálogo y la concertación con las organizaciones sindicales, sociales y gremiales, quienes desde los inicios de la pandemia, planteamos al gobierno análisis, propuestas y soluciones para un correcto manejo de la crisis, pero éste ha hecho caso omiso a negociar el pliego de emergencia sobre los problemas […]
Este gobierno se ha caracterizado por negarse al diálogo y la concertación con las organizaciones sindicales, sociales y gremiales, quienes desde los inicios de la pandemia, planteamos al gobierno análisis, propuestas y soluciones para un correcto manejo de la crisis, pero éste ha hecho caso omiso a negociar el pliego de emergencia sobre los problemas más sentidos de la población colombiana en la pandemia, en el que precisamente el primer punto hace referencia a la intervención del Estado del sistema de salud para garantizar la atención en la pandemia, estableciendo todas las medidas de bioseguridad requeridas y la formalización laboral para todos los y las trabajadoras de la salud.
Resulta inaceptable que este gobierno en contravía de toda lógica haya decidido seguir delegando en las EPS el manejo de un problema tan grave y éstas, como siempre ha sido su conducta, no han hecho nada correcto en lo pertinente, fieles a su política que entre menos gasten más ganan.
Esta política se refleja claramente en la propagación, en el manejo y en los fallecimientos. Duque le ha mentido constantemente al Pueblo colombiano en medio de una crisis sanitaria mundial.
La espera de la vacunación cada vez se hace más tortuosa y, entre tanto, la ocupación de las camas de Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) no dan abasto, enfrentándonos a un real colapso de nuestro sistema de salud y un agravamiento de la situación de todos sus trabajadores como un efecto colateral; lo que es más grave, en medio de esta tragedia es que los anuncios del gobierno a mediados del mes de diciembre de 2020, sobre los acuerdos comerciales para adquirir las vacunas, generan una completa incertidumbre… “…adquirir 40 millones de dosis de vacunas contra el Covid 19, Pfizer, 10 millones; AstraZeneca, 10 millones, y estrategia Covax, 20 millones.”
El secretismo del gobierno ha desatado todo tipo de debates suspicacias e incredulidad en todos los sectores de la sociedad colombiana. Los colombianos ven con esperanza, pero también con impotencia, cómo países de la región tales como Argentina o Chile ya comenzaron a vacunar, o como Venezuela, Bolivia o Perú ya tienen anuncios y acuerdos firmados para la vacunación, inclusive la pequeña Costa Rica ya avanza en la aplicación de su segunda dosis; mientras, en Colombia no se vislumbra una salida cierta.
El país se encuentra entre las mentiras de la Casa de Nariño y los anuncios de su gabinete ministerial en los micrófonos de los medios de comunicación.
Otro ejemplo de la confusión y la desesperanza reinantes, son las salidas en falso del presidente Duque, con expresiones como: “…Estamos cerrando los contratos en los próximos días”; … “ya se cerraron los acuerdos”, o posteriormente … “problemas de confusión”, agravándose con formulaciones como la de delegar la compra también en los entes territoriales haciéndolas presas de la voracidad de las multinacionales farmacéuticas, o peor anunciando la posibilidad de que las vacunas sean comercializadas por particulares.
La vacuna contra el Covid-19 debe ser rápida, gratuita, costeada por el gobierno nacional y para todos los colombianos. En eso respaldamos las preocupaciones y formulaciones de los sindicatos del sector de la salud, las agremiaciones médicas y las sociedades científicas.
Como si fueran pocos los problemas, éstos los agrava el Ministro de Hacienda, Alberto Carrasquilla, por el pésimo manejo en materia económica y las reducidas salidas que ofreció dicho funcionario para la adquisición de las vacunas y los titubeos ante las farmacéuticas, para tomar las decisiones ante algo tan trascendental, como es garantizar la vida de los colombianos con la correspondiente inmunización en el menor tiempo posible.
Expresamos nuestra solidaridad con todo el personal de la salud del país y sus justos reclamos, incluidos residentes e internos quienes todos desde marzo de 2020 se encuentran en la primera línea de atención de la pandemia. Reconocemos su talento, compromiso y resiliencia en la protección de la vida de todos los colombianos.
Hacemos el llamado a los y las colombianas para que le exijamos al gobierno nacional el fortalecimiento de la red pública hospitalaria y que garantice la gobernabilidad del Sistema de Salud desde lo público y no en cabeza de intermediarios de mercado que es lo único que ha permitido la nefasta ley 100 de 1993; y que se garantice el trabajo digno y decente para todo el personal sanitario en el país a través de la formalización laboral, pago de sus deudas salariales, medidas adecuadas de bioseguridad y giro directo a las IPS de los recursos económicos.
Bogotá, 20 de enero de 2021
José Diógenes Orjuela García, Presidente
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