© Foto : UNRWA / Ashraf Amra
La población civil de la Franja de Gaza se enfrenta a una descomunal escasez de alimentos y a un hambre generalizada, al tiempo que la distribución y entrega de asistencia humanitaria está paralizada debido a la carencia de combustible, advirtió el Programa Mundial de Alimentos de las Naciones Unidas (WFP, por sus siglas en inglés).
"El suministro de alimentos y agua es prácticamente inexistente en Gaza y sólo una fracción de lo que se necesita llega a través de las fronteras. Con el invierno acercándose rápidamente, refugios inseguros y superpoblados y la falta de agua potable, los civiles se enfrentan a la posibilidad inmediata de morir de hambre", observó la directora ejecutiva del organismo, Cindy McCain.
Además, señaló que la escasez de combustible en el enclave palestino, provocada por el bloqueo de provisiones básicas que desde el 9 de octubre Israel impuso en Gaza, está paralizando la distribución y las operaciones humanitarias, incluida la entrega de asistencia a los pobladores afectados.
"No hay manera de satisfacer las necesidades actuales con un solo cruce fronterizo operativo. La única esperanza es abrir otro pase seguro para que las organizaciones humanitarias lleven alimentos vitales a Gaza", añadió McCain.
No obstante, de los 1.129 camiones que han entrado en la Franja desde la apertura del cruce fronterizo de Rafah, colindante con Egipto, el 21 de octubre, sólo 447 transportaban suministros de alimentos. Esta cifra, precisa la organización humanitaria, únicamente cubre el 7% de las necesidades calóricas mínimas diarias de la población.
Por si fuera poco, la infraestructura alimentaria del enclave ha dejado de funcionar, al tiempo que sólo el 25% de las tiendas que colaboran con WFP permanecen abiertas y otras se han quedado sin alimentos básicos.
En el caso de los mercados locales, han cerrado por completo y las pequeñas cantidades de alimentos que aún se pueden encontrar son vendidas a sobreprecio. Con todo, sin capacidad para cocinar, estos ingredientes son de poca utilidad, por lo que mucha gente se ve obligada a sobrevivir con una comida al día. Otras personas, en cambio, han tenido que recurrir al consumo de cebollas y berenjenas crudas.
De hecho, a principios de esta semana, WFP confirmó el cierre de la última panadería con la que trabajaba, debido a la falta de combustible. En total, 130 panaderías han cerrado en la Franja de Gaza, esto en un lugar cuya población considera a este alimento un suministro fundamental.
El cierre de mercados y panaderías se suma a la suspensión de la operación de ayuda humanitaria de la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina en Oriente Medio (UNRWA, por su sigla en lengua inglesa), derivada de la escasez de combustible.
El organismo anunció el 13 de noviembre que dos días después de entonces su operación humanitaria en Gaza sería detenida, ya que no se permitirá la entrada de combustible.
El jefe de asuntos de la UNRWA resaltó que dos contratistas de distribución de agua dejaron de trabajar esa mañana porque se quedaron sin gasolina, lo que "dejará sin agua potable a 200.000 personas".
Según cifras de la agencia, al día son necesarios 160.000 litros de combustible para realizar las operaciones básicas humanitarias. En ese sentido, el poco combustible que ha entrado representa sólo el 9% de lo que se necesita para mantener las actividades que salvan vidas.
El pasado 7 de octubre, el movimiento palestino Hamás lanzó miles de cohetes desde la Franja de Gaza en un ataque sin precedentes contra Israel y realizó una incursión armada en las zonas fronterizas del sur del país, por lo que el primer ministro del Estado hebreo, Benjamín Netanyahu, declaró que su nación "está en guerra".
Desde el 9 de octubre, Israel mantiene al enclave palestino sin provisiones básicas y emplaza a cientos de miles de civiles a desplazarse hacia el sur, donde la ayuda humanitaria internacional llega a cuentagotas a través del paso de Rafah, frontera con Egipto.
Según los datos oficiales, el asedio militar de Tel Aviv contra la Franja Gaza ha provocado la muerte de 11.200 personas, incluidos más de 4.600 menores de edad, y ha dejado más de 28.000 heridos en el enclave palestino.
Al mismo tiempo, las operaciones militares de la nación hebrea han provocado la muerte de más de 100 funcionarios de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en Gaza.
Por otra parte, los ataques sorpresa llevados a cabo por Hamás el 7 de octubre dejaron más de 1.200 muertos en Israel y centenares de rehenes que siguen sin ser liberados.
De acuerdo con la UNRWA, casi 1,6 millones de gazatíes han sido desplazados. Del total, más de 813.000 se encuentran ahora refugiados en 154 instalaciones del organismo, en condiciones de hacinamiento.
https://sputniknews.lat/20231117/la-poblacion-civil-de-la-franja-de-gaza-enfrenta-hambre-y-escasez-de-alimentos--1145791780.html
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