Entrevista a la activista saharaui Aminetu Haidar tras negarle la residencia en España
El Gobierno español no quiere en casa a Aminetu Haidar, la voz de la resistencia saharaui.
La activista ha denunciado esta semana que se la denegado la renovación del permiso de residencia tras 16 años viviendo entre los territorios ocupados del Sáhara Occidental y España. Haidar, en conversación con El Independiente, atribuye a una premeditada decisión política el intento de privarle de su refugio español, donde se somete periódicamente a pruebas médicas.
Su determinación, respaldada por partidos políticos y organizaciones de derechos humanos, es férrea. No es la primera vez que Haidar se enfrenta a un revés. Se cumplen estos días 14 años de sus 32 días de huelga de hambre en el aeropuerto de Lanzarote. La activista, con un estado de salud debilitado por semanas sin probar bocado, puso fin a la huelga después de lograr su propósito de regresar a su residencia de El Aaiún. El calvario se había iniciado después de que Haidar escribiera en la documentación oficial la nacionalidad «saharaui» a su llegada a los territorios ocupados, bajo ocupación marroquí desde 1975.
Pregunta.- ¿Cómo se encuentra?
Respuesta.- Están siendo días de mucha tensión. La denegación de la residencia es una actuación gravísima. La resolución está llena de errores, entre ellos la fecha de la solicitud. Pero no se trata de una decisión administrativa sino de una medida política. En febrero de 2022 logré salir junto a un grupo de saharauis de los territorios ocupados en dirección a Canarias. Tal y como me pidieron, trasladé el expediente de Jaén a Madrid. No es cierto que se presentara fuera de plazo.
P.- Insiste en que su situación actual es fruto de una decisión política.
R.- Lo puedo decir claramente: hoy me siento víctima nuevamente de una complicidad hispana-marroquí, la misma que sufrí en 2009 en la época del presidente Zapatero y el ministro Moratinos, que me dejaron entrar en España contra mi voluntad y sin pasaporte, violando todas las normas de la ley, incluso española.
P.- ¿Se está pensando tomar ahora medidas como aquella?
R.- ¿Por qué no? Yo no voy a callarme. Que lo sepan los gobiernos español y marroquí. La única cosa que me puede callar es la muerte. Incluso detrás de los barrotes de las cárceles marroquíes no voy a callar. No me callo. Es que tengo una causa justa. Estoy defendiendo derechos legítimos, no solamente individuales, sino colectivos de todo un pueblo, que es el pueblo saharaui, y que es víctima de una vulneración de sus derechos. Entonces no, nada me puede callar, menos la muerte. Que lo sepan.
Dispongo de muchos medios pacíficos a mi alcance. Y usaré lo que me convenga
P.- ¿Repetir la huelga de hambre?
R.- O alguna protesta similar. Soy una defensora de derechos humanos y creo en los medios pacíficos. Dispongo de muchos medios pacíficos a mi alcance. Y usaré lo que me convenga. [¿Ha pensando en algo?] Aún no. Espero que el Gobierno de España rectifique su error. En 2009 les di 48 horas pero no sirvió de nada. Me intentaron comprar ofreciéndome la nacionalidad y se dieron cuenta de que soy una mujer con determinación. Cuando digo una cosa, no vuelvo hacia atrás.
P.- ¿Qué va a hacer ahora?
R.- No tengo domicilio. Viajo por todos los lugares del mundo para hablar de la causa saharaui y de las violaciones de derechos humanos que comete Marruecos. Me quedaré una temporada en España por razones médicas.
P.- En 2009 insiste en que le ofrecieron una casa y pasaporte…
R.- Sí. Me ofrecieron una casa y una nacionalidad. También propusieron traer a mis hijos y vivir tranquilamente. Yo he dicho que no, que mis principios no se venden. Lo que pido es regresar a mi casa, a mi patria viva o muerta.
P.- El emisario entonces fue el hoy diputado de Sumar, Agustín Santos Maraver. Con esos antecedentes, ¿confía en Sumar?
R.- Como víctima ya no tengo ninguna confianza en ningún partido español. ¿Sabes por qué? Porque cuando llegan al poder y a la Moncloa, cambian totalmente de postura. No lo podemos entender como ciudadanos y víctimas saharauis. Yo tengo confianza en el movimiento solidario y en las personas corrientes que nos apoyan de forma incondicional. Son personas de principios.
P- ¿Qué le diría a Santos Maraver si se encontrara con él?
R.- Lo mismo que a Sánchez: que reconozcan que tienen que acabar con esta situación, lo digo francamente, y con esta vulneración de los derechos de los saharauis. Son ellos los culpables de nuestro sufrimiento. Son ellos los que tienen que resolver el problema del Sahara Occidental. Es una cuestión de descolonización. Son ellos quienes nos han vendido en un día de 1975 al ocupante marroquí. Tienen que decir basta; los saharauis tienen todo el derecho de ejercer su derecho a la autodeterminación y a la independencia.
P.- Sumar cuenta con la primera diputada de origen saharaui, Tesh Sidi. ¿Qué le diría?
R.- Sidi es una española de origen saharaui. La felicito por ser una diputada, pero el mensaje que le voy a transmitir es que no tiene que olvidar a su pueblo y que estoy segura de que ella no va a olvidar a su pueblo, ni tampoco al sufrimiento de su pueblo y el de su familia cercana. Los saharauis tenemos mucha esperanza en ella, que es la primera diputada de origen saharaui y que tiene que saber que tiene mucha responsabilidad, más que Agustín y otros.
Lamento mucho que sea un partido progresista el que esté violando los derechos humanos
P.- ¿Qué le sucede al Gobierno español con Marruecos?
R.- La verdad es que no lo sé. Para mí es vergonzoso e inaceptable el giro; una auténtica traición. El PSOE ha demostrado que sus intereses particulares con Marruecos están por encima de los derechos humanos. Empezamos con Felipe González, pasamos a Zapatero y ahora a Pedro Sánchez. Es que nos quitan la esperanza. Lamento mucho que sea un partido progresista el que esté violando los derechos humanos. Lo que está haciendo ahora el Gobierno de España es fortalecer el aparato represivo contra nosotros como activistas y defensores de derechos humanos. Tengo que recordar una cosa: el Gobierno de España está rechazando los visados. Los consulados españoles ni siquiera dan cita para hacer los trámites del visado. Como ha pasado exactamente con tres otras activistas saharauis que no han podido asistir con nosotras en el festival de cine Fisahara. Esto es muy grave. Lo mismo sucede con los enfermos que solicitan visado. El Gobierno español tiene que explicarnos un poco el porqué. Si no somos seres humanos, tenemos que saberlo. Somos españoles e hijos de españoles.
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