GUILLERMO CIEZA
“Todo lo que hago es porque te quiero. Pero puedo pegarte más”. La lógica del golpeador se ha hecho una constante en los actos del régimen de Milei
El Ministro Caputo amenazó con que si no se aprueban las leyes que envió el gobierno al Congreso, habrá “consecuencias más duras”. Esta amenaza pretende que las víctimas acepten los daños padecidos, para evitar males peores. Deben resignarse a que se licuen sus salarios y jubilaciones, que se comprometa su vivienda por la derogación de las ley de alquileres y no deben quejarse por la intensificación del saqueo y el intento descarado de vender las empresas del Estado. La situación es la misma que padece una mujer, con un ojo en compota y moretones en todo el cuerpo, y que debe callarse la boca para evitar una paliza más feroz.
La lógica del golpeador se ha instalado en una guerra de clases que no ha sido oficialmente declarada pero que ya cuenta con una Vicepresidenta, Victoria Villarruel, que reivindica la dictadura militar, un General en Jefe de las fuerzas armadas, Alberto Presti, hijo de un genocida, un Procurador del Tesoro, Rodolfo Barra, de pasado nazi, una Ministra de Seguridad defensora de la Doctrina Chocobar y que elogió el “gatillo feliz”, y al violento José Luis Espert como Presidente de la Comisión de Presupuesto en la Cámara de Diputados. No habría que olvidarse que el Ministro Caputo, que profirió la amenaza, es el mismo funcionario que acordó la fenomenal estafa del préstamo del FMI, en tiempos de Macri. También que los principales cargos del gobierno se han repartido entre las grandes empresas que apoyan esta nueva ofensiva del capital.
La estrategia del golpeador se basa en paralizar a su víctima, provocándole mucho miedo. En tiempos de la colonia las autoridades españolas atemorizaban a los originarios con ejecuciones públicas donde todos los habitantes del lugar estaban obligados a asistir. No solo asustaba la muerte, sino lo crueles que eran esas ejecuciones.
En tiempos de la triple A, las víctimas eran previamente torturadas y los cuerpos aparecían mutilados. La motosierra es el símbolo de la violencia narco en México, Colombia y América Central. En esos países el lenguaje cotidiano ha incorporado el verbo “picar”, para nombrar a los asesinatos donde son seccionadas distintas partes del cuerpo de las víctimas.
Meter miedo para ejercer el control social de los territorios ya tiene una avanzada en la provincia de Jujuy, donde el monarca Morales, puede exhibir el poder de tener detenida desde hace ocho años a Milagro Salas y demostrar que lo ejerce contra cualquiera que cuestione sus mandatos. Han detenido a dirigentes originarios, abogados, sindicalistas y hasta un par de personas que osaron difundir un rumor por internet sobre la moral de su ex mujer. Las camionetas sin patente, donde se movilizan las fuerzas de seguridad y las listas negras, recrean funestos recuerdos del terrorismo de estado. Por su afiliación política, Gerardo Morales, pone en duda la leyenda del institucionalismo de su partido. Como ya afirmaba el maestro Osvaldo Bayer, el apego a las libertades democráticas de los radicales es otro de los mitos de la historia argentina.
La estrategia de generar parálisis social con el miedo, por el momento no ha obtenido buenos resultados. A un mes del comienzo del mandato de Milei, a pesar del protocolo de seguridad y las amenazas de multas, los y las caceroleras han ganado las plazas en distintos puntos del país. Para el 24 de enero se esperan concentraciones que serán multitudinarias. En el plano dirigencial, el hecho de que una estructura fuertemente burocratizada como la CGT haya activado esa convocatoria, ha dejado en orsai al Partido Justicialista y a casi toda la dirigencia de Unión por la Patria. Como bien señaló el dirigente camionero Pablo Moyano: “La CGT es el último muro de contención, porque el PJ está muerto y los gobernadores se cuidan”. Los comentarios del ex candidato a presidente, Sergio Massa, sobre lo “apresurado” del paro, retoma la línea de Alberto Fernández de enfrentar a quienes vienen a cortar cabezas, con buenos modales y sonrisas diplomáticas. En tiempos de su decadencia política, el líder tupamaro, “el Ñato” Fernández Huidobro acuño la frase “Todo es negociable, menos la victoria electoral”. Hoy, el ex-candidato a presidente ha rebajado esta claudicación a “Todo es negociable, menos que yo vaya preso”.
La estrategia del golpeador es que la profunda inestabilidad emocional y social que produce en el pueblo la caída abrupta de los ingresos, los problemas de vivienda, los despidos, y las nuevas amenazas de despojo del patrimonio nacional, se canalicen en términos de violencia horizontal, de guerra entre pobres, y de mayor fragmentación.
La estrategia popular de resistencia han sido las convocatorias abiertas, los apoyo a movilizaciones y acciones en la calle, sin hacer distinciones que, en la emergencia, son secundarias. La resistencia no puede entretenerse en mirar a los costados o hacia abajo. Debe apuntar al frente y hacia arriba.
El surgimiento de la figura de Milei, permitió que “se le creciera el pelo” a contingentes del fascismo criollo que siempre existieron. El gran desafío ahora es que, quienes se impusieron en las urnas no nos ganen en la calle.
Seguramente no todo es resistir, debemos ser capaces de ir articulando fuerzas afines, pensando en construir una alternativa a la derecha. Ya sabemos lo que no funcionó. Pero ninguna alternativa popular podrá prosperar si no detenemos al golpeador. Esa es la prioridad urgente.
www.tramas.ar
https://www.lahaine.org/mundo.php/la-estrategia-del-golpeador
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