EE.UU. otorgará un nuevo paquete financiero y militar de 95 mil millones de dólares, para favorecer la política belicista del régimen israelí, Ucrania y Taiwán.
El pasado 20 de abril, la Cámara de Representantes de Estados Unidos votó por otorgar un nuevo paquete financiero y militar, consistente en 95 mil millones de dólares, para favorecer la política belicista de los regímenes de Ucrania, el régimen israelí y Taiwán, todo ello bajo la narrativa falsaria de “ayuda para la defensa”. Tres días después, el miércoles 23 de abril el Senado estadounidense, a su vez, dio el visto bueno para que esa multimillonaria cifra tenga finalmente el visto bueno y de esa manera impulsar y catalizar aún más los procesos de guerra en tres frentes de interés para Estados Unidos y los suyos.
Me refiero a los escenarios bélicos y de desestabilización en Europa oriental con Ucrania junto a la OTAN contra Rusia. En Asia occidental para propiciar la renovación de armas para el nacionalsionismo y de esa manera intensificar el exterminio de la población palestina. En el caso de la provincia china rebelde de Taiwán el objetivo es propiciar una política de máxima presión política, económica y militar contra la república Popular China. Las tres entidades mencionadas, usadas como testaferro y punta de lanza de la política de agresión de Washington contra Rusia, contra palestina y el eje de la resistencia y contra el gigante asiático.
Falta sólo la aprobación y firma del presidente estadounidense Joe Biden – que se da por hecho visto que ha sido su administración quien ha impulsado esta nueva entrega de dinero y material de guerra y que logra destrabar la negativa republicana que bloqueo esta iniciativa durante medio año y que obligó a los grupos de presión —lobistas— de estos regímenes favorecidos, a extremar recursos y pago de favores, para que los congresistas votaran a favor. El río de dólares corrió desbocado, para beneficio de la guerra y la desestabilización en el mundo.
Chuck Schumer, el líder del partido Demócrata en el senado estadounidense señaló con satisfacción “finalmente, después de más de seis meses de arduo trabajo, Estados Unidos envía un mensaje al mundo entero que hará todo lo posible para salvaguardar la democracia”. El mensaje es claro, evidente y peligrosos: el mundo debe esperar más muertes, más exterminio y más peligro de concretar una guerra global. Un mensaje sibilino e hipócrita pues las preguntas son evidentes: ¿de qué democracia puede hablar el régimen neonazi ucraniano o la entidad nacionalsionista israelí que lleva 76 años en un proceso de ocupación, colonización y exterminio del pueblo palestino? ¿Democracia en Taiwán, apéndice estadounidense en Asia? Por su parte, Mike Johnson, el líder del partido republicano en la cámara de representantes explicó su voto positivo bajo la máxima “Para decirlo sin rodeos, prefiero enviar balas a Ucrania que chicos estadounidenses”. Como ha sido siempre en realidad, propiciar, preparara, financiar y alentar guerras y luego esconder la mano.
Lo señalado es la expresión de lo que es la brutal y criminal política exterior de Washington respecto al mundo y los conflictos que genera, alienta, participa, financia y que finalmente aprovecha para beneficio de sus multinacionales energéticas, el complejo militar industrial y todo aquello que reditúe para dinamizar la economía estadounidense, que florece bajo las guerras y la muerte de millones de seres humanos: Claro está, fuera del territorio de Estados Unidos, porque una cosa es hablar de conflictos, muertes, dolor, inestabilidad global, incluso apelar a conceptos vagos e imprecisos como el de la democracia, los derechos humanos pero no sufrir ni un rasguño en su territorio. No en vano el presupuesto destinado para la guerra de Estados Unidos es multimillonario representando cerca del 40 % de todo lo que se gasta en armas en el mundo (una cifra de 920 mil millones de dólares) que junto a los números exhibidos por los países miembros de la OTAN suponen el 53 % de todo el gasto militar mundial con 1,3 billones de dólares.
El gasto militar global llegó el 2023 a los 2.44 billones de dólares. Una cifra que se incrementó un 6.8 % respecto al año anterior, y que representó el mayor aumento de un año a otro desde 2009, de acuerdo con el reporte del Instituto Internacional de Investigación sobre la Paz de Estocolmo —SIPRI— Informe que consigna que los 10 países que más gastaron en 2023 –encabezados por Estados Unidos, China y Rusia– todos aumentaron su gasto militar (1) El analista Xiao Liang, investigador del Programa para Gasto Militar y Producción de Armamento del SIPRI, señala en este panorama de gastos que "Todos los miembros de la OTAN, excepto tres, han aumentado su gasto. Además, once de los 31 miembros de la OTAN han alcanzado o incluso superado su objetivo del 2% del PIB, el más alto desde el final de la Guerra Fría. También con el ingreso de Finlandia y Suecia a la OTAN, asumimos que más países alcanzarán el objetivo y que el gasto global d ellos países miembros seguirá aumentando” (2)
Una Organización del Tratado del Atlántico Norte que representa no sólo el mayor porcentaje de gasto militar del mundo, sino que, además, a través de sus complejos militares industriales propicia el comercio de armas en forma global y una política de carreras armamentistas que sigue incrementando el gastar recurso en armas y menos en desarrollo social. Por primera vez desde 2009, el gasto militar aumentó en las cinco regiones geográficas definidas por el SIPRI, con incrementos especialmente importantes en Europa, Asia y Oceanía y Oriente Medio. ‘El aumento sin precedentes del gasto militar es una respuesta directa al deterioro mundial de la paz y la seguridad’, afirma Nan Tian, investigador senior del Programa de Gasto Militar y Producción de Armas del SIPRI. ‘Los Estados están dando prioridad a la fuerza militar, pero corren el riesgo de entrar en una espiral de acción-reacción en un panorama geopolítico y de seguridad cada vez más volátil’.
E gasto militar de Ucrania, sin contra en ello los enormes recursos entregados por occidente da cuenta que el país europeo oriental es el octavo país que más gastó en 2023, tras un aumento del gasto del 51 % hasta alcanzar los 64 800 millones de dólares. Esto supuso para Ucrania una carga militar del 37 % y representó el 58% del gasto público total. Una cifra que ha hipotecado el futuro de este país, impulsado en su conflicto por un Estados Unidos y una OTAN que los alienta a gastar y gastar convirtiendo al régimen kievita en un saco roto, gravando a las generaciones futuras. Taiwán destinó 17 mil millones de dólares a gastos en armas, a lo que se deben sumar las cifras entregadas anualmente por Estados Unidos y que este 2024 significan ingresar 9100 millones de dólares. En el caso de la entidad sionista, esta ha destinado a sus labores de guerra un presupuesto de 27,5 mil millones de dólares, que iguala la cifra que Washington autorizó este año 2024. SIPRIS señala que el ente nacionalsionista aumentó su gasto miliar en un 24% —el segundo mayor incremento de la región después de Arabia Saudí— hasta alcanzar los mencionados 27 500 millones de dólares en 2023. El acrecentamiento del gasto se debió principalmente a la ofensiva exterminadora a gran escala en Gaza iniciada en octubre del año 2023.
En este escenario de miles de millones de dólares destinados a armas, los conceptos de dolor y muerte son una trágica realidad, que se expresa en millones de seres humanos que han muerto a manos de aquellos que propician el incremento del comercio de armas y que suelen hablar de democracia, defensa de los derechos humanos y llamado a la paz, pero aquella que implica su dominio. Un occidente hipócrita que nos llama a comprar sus armas y de esa forma desarrollar sus economías, que castigan a aquellos que se atreven a enfrentar ese poder unipolar a la baja. Un occidente desvergonzado, que alienta el conflicto y luego ocupa los organismos internacionales como la ONU para impedir el castigo a sus acciones propias de asociaciones criminales ilícitas, delictuales, cuya estrategia es amplificar esa doctrina del caos programado presentada por el sionista Paul Wolfowitz a la caída de la ex Unión Soviética y que explica esa política que le negó garantías de seguridad a Rusia, el incremento de adhesiones a la OTAN y cercar de bases militares a esa federación rusa y sobre todo bajo la dirección de Vladimir Putin, que se levantó de las cenizas y que enfrenta hoy a ese occidente más cercano al nazismo que a modelos de democracia.
Una doctrina la de Wolfowitz, que se creía extinta pero que hoy en pleno año 2024 está más presente que nunca, agonizante, dando manotazos como animal agónico pero actual y peligrosa. Una doctrina que definida por el analista político Paul Craig Roberts en un artículo titulado ¿Por qué la Tercera Guerra Mundial está a la vista? nos ilustra. "Tenemos un poder global abrumador. La historia nos ha designado como los custodios del sistema internacional. Cuando la Unión Soviética se desmembró, nació algo nuevo, algo completamente nuevo, un mundo unipolar dominado por una superpotencia única sin ningún rival y con alcance decisivo en todos los rincones del mundo. Esto supone un nuevo y asombroso desarrollo de la historia, que no se veía desde la caída de Roma. Ni siquiera Roma es un modelo adecuado para lo que hoy se llama Estados Unidos” (3)
“El poder unipolar que la historia ha dado a Washington tiene que ser protegido a toda costa”, subraya Roberts. Según el analista, la doctrina Wolfowitz, hecha pública en 1992, se convirtió en la base de esta política neoconservadora de Washington. “Nuestro primer objetivo es evitar el retorno de un nuevo rival, ya sea en el territorio de la antigua Unión Soviética o en cualquier otra parte, que pueda representar para el orden la misma amenaza que anteriormente suponía la URSS”, expresa dicho documento. “Este es el factor principal que forma la base de la nueva estrategia de defensa regional, y debemos hacer todo lo posible para prevenir que domine la región un poder hostil cuyos recursos bajo un control consolidado serían suficientes para generar un poder global”.
Poder global que se explica en la mencionada doctrina de claro corte imperial-sionista, a partir del dominio de recursos energéticos, pasos marítimos, entre otros puntos relevantes. Esto, en clara referencia a Asia occidental y la política de máxima presión ejercida contra la República Islámica de Irán que ejerce de claro referente y liderazgo del eje de la resistencia. El problema radica en que esa visión y esa práctica imperial-sionista, cada día está más y más en entredicho, ya sea por el poder innegable de la República Popular China, el resurgir de una Rusia potente y un eje de la resistencia, que ha puesto en jaque al sionismo que ya no puede cumplir el papel de testaferro y cervatillo sediento de sangre que la había asignado como papel Estados Unidos y los suyos. Pero a no confiarse, que la lucha es larga y sostenida, que lo dólares y la carga de muerte son una realidad dolorosa, pero las señales son potentes y positivas: el fin del sionismo y ese poder unipolar que tanto daño le hacen a nuestro mundo.
Pablo Jofré Leal
Artículo para HispanTV
Permitida su reproducción citando la fuente.
- https://www.sipri.org/sites/default/files/Milex%20Press%20Release%20ESP.pdf
- https://www.dw.com/es/sipri-24-billones-de-d%C3%B3lares-en-gasto-militar-mundial/a-68884472
- https://actualidad.rt.com/actualidad/196074-paul-craig-roberts-tercera-guerra-mundial
Periodista y escritor chileno. Analista internacional, Master en Relaciones Internacionales de la Universidad Complutense de Madrid. Especialista en temas principalmente de Latinoamérica, Asia Occidental y el Magreb. Es colaborador de varias cadenas de noticias internacionales. Creador de página WEB de análisis internacional ANÁLISIS GLOCAL www.analisisglocal.cl
Periódico Alternativo publicó esta noticia siguiendo la regla de creative commons. Si usted no desea que su artículo aparezca en este blog escríbame para retirarlo de Inmediato
No hay comentarios.:
Publicar un comentario