La
influencia china en la región ha crecido significativamente en las últimas décadas, mientras que EEUU ha ido perdiendo terreno, especialmente en Colombia y Brasil, donde
Gustavo Petro y
Luiz Inacio Lula da Silva fueron elegidos presidentes respectivamente. Además, a finales de 2024, Perú autorizó a Estados Unidos a enviar militares para ayudar al país en materia de seguridad.
Para el investigador de la Universidad Estatal de Sao Paulo, Jose Augusto Zague, la amenaza de Trump contra Panamá está en línea con otras declaraciones sobre convertir a Canadá en un estado del país u ocupar Groenlandia: un discurso diseñado para mantenerse en el punto de mira, especialmente frente a su propio electorado y otros líderes mundiales de derecha radical.
"No veo cómo podría hacerlo sin una fuerte oposición, y en este caso el actual presidente de Panamá es su aliado, apoyó su elección, es un presidente de derecha. Así que lo veo muy improbable. Forma parte de un discurso, un discurso que está muy alineado con otros líderes políticos, así como con las grandes empresas tecnológicas. Lo estamos viendo ahora", apuntó.
Sostuvo que
el envío de soldados a Perú debe ser analizado con cuidado porque no está claro si Trump retomará el enfoque estadounidense implementado en la década de 1990-2000, cuando en el continente latinoamericano se implementó un modelo de seguridad multidimensional en el que las Fuerzas Armadas cumplían tareas de seguridad pública, principalmente en la lucha contra el narcotráfico.
Precisó que esa fue la estrategia implementada en Colombia, que alcanzó su apogeo durante el mandato de Álvaro Uribe (2002-2010) y ahora experimenta un declive bajo el liderazgo de Petro.
"Hay que analizar si lo que parece ser una nueva política de Estados Unidos —en este caso el envío de soldados a Perú— continuará bajo el nuevo Gobierno, o si podría ser una iniciativa aislada de la Administración [del expresidente de EEUU, Joe] Biden y el actual ejecutivo puede tener otros intereses", opinó.
Por su parte, el especialista en seguridad internacional de la misma universidad, Hector Saint-Pierre, subraya que el discurso inaugural de Trump fue "muy republicano", dirigido al interior de Estados Unidos y mostrando desconocimiento en lo que corresponde a las realidades suramericanas.
Por otra parte, subraya que
el discurso del mandatario estadounidense dio la impresión de un "canto del cisne". Es decir, "el último canto antes de la muerte de una gran potencia en evidente decadencia" que desafía y abandona todos los organismos internacionales, mostrando desinterés por el mundo y concentrándose en sí misma.
"[Trump] tuvo poco interés por América del Sur y mostró un cierto desconocimiento de la realidad latinoamericana, al no hacer las distinciones que son obvias, tratando a todos más o menos igual y mostrando un cierto desprecio y falta de importancia [de la región]", señaló.
Al mismo tiempo, continuó, "toda esta narrativa obliga a los países que realmente están preocupados por su existencia a buscar otras alternativas, algo que de hecho están haciendo".
"En otras palabras, la entrada de China en América Latina está bastante consolidada, se debe precisamente a la poca importancia que Estados Unidos está dando a la región. China está prestando atención a varios países, y para Washington será difícil de revertir la influencia de Pekín en ellos", puntualizó.
En opinión del experto, Colombia fue utilizada como una especie de base estadounidense en América del Sur durante el tiempo que fue necesario, pero finalmente fue sustituida. Esto se debe a que los avances tecnológicos han permitido un enfoque diferente para vigilar la región.
Además, agregó, EEUU tiene actualmente bases en otros países del continente, como Ecuador, Argentina y Brasil, donde las tropas estadounidenses "realizan constantes ejercicios militares en la frontera norte con diferentes objetivos".
De acuerdo con Saint-Pierre, Trump está librando actualmente una guerra entre bastidores con el llamado deep state ("Estado profundo" en español) —constituido por toda la estructura burocrática y administrativa del Gobierno y los militares que son una parte crucial de las decisiones que se toman— que está siendo sustituido por los big tech. La batalla de Trump contra el Estado profundo, opina que es, por extensión, también un enfrentamiento con las FFAA estadounidenses.
"Esto da la impresión de la emergencia de una nueva fuerza, la transformación de la economía del lucro en una digital, de la economía rentista en una de datos, que se está convirtiendo en una fuerza por encima de los propios Estados y naciones", señaló.
A su entender, todas estas big tech que se acercan a Trump, son las grandes tecnológicas a vigilar, que se acercan al poder, y ese poder se puede ejercer. "En otras palabras, no es necesario utilizar grandes Ejércitos. Se trata de informaciones que alteran y cambian, trastornan las percepciones de las sociedades con resultados muy importantes", explicó.
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