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22 abril 2025

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Fallece el papa Francisco, voz de las personas pobres y conciencia del mundo


Por Marc Vandepitte | 22/04/2025 | MundoPapa-francisco-3
Fuentes: Rebelión

Traducción del neerlanés del autor


La mañana del lunes 21 de abril falleció el papa Francisco a la edad de 88 años en su residencia en la Ciudad del Vaticano. Con su muerte el mundo no solo pierde a un líder religioso, sino también una brújula moral que se pronunciaba contra la desigualdad, la discriminación, la guerra y la destrucción del clima.

Papa de la periferia

Cuando Jorge Mario Bergoglio fue elegido papa en 2013 venía «casi del fin del mundo», como él mismo afirmó. Esa única frase marcó inmediatamente el tono: este papa sería diferente.

Como primer jesuita y primer latinoamericano en la silla de Pedro, eligió el nombre de Francisco, en referencia al santo de Asís, conocido por su pobreza y solidaridad con los más humildes. Y no se quedó en un símbolo. Francisco se dirigió decididamente a los márgenes de la sociedad: a los campos de migrantes, zonas de guerra y cumbres climáticas.

Su decisión de no vivir en el palacio papal sino en una habitación sencilla, de cambiar el papamóvil por un modesto Ford y de sustituir el esplendor por la sencillez, no fue un truco de relaciones públicas. Fue una elección de principios. Quería ser un papa de los pobres, para los pobres.
Contracorriente y difícil de encasillar

Francisco no era un papa típico. Vivía con sobriedad, hablaba con sencillez y hacía declaraciones que uno esperaría más de un activista que de un líder eclesiástico. Su actuación provocó revuelo en los círculos conservadores, no solo dentro de la Iglesia, sino también fuera de ella.

Su mensaje resonaba entre personas que normalmente tienen poco vínculo con la religión. Eso lo hizo querido entre voces progresistas, pero también sospechoso ante los ojos del poder tradicional.
Conservador en lo micro, radical en lo macro

Sin embargo, el papa Francisco no fue un revolucionario. En el plano microético – aborto, homosexualidad, anticoncepción, género – se mantuvo fiel a la doctrina de la Iglesia. Su tono era conciliador, su estilo humano, pero la doctrina en sí permaneció en gran medida intacta.

Mostró empatía por las personas LGBTQ+, tuvo comprensión hacia las personas creyentes que se volvían a casar, habló de misericordia y perdón. Pero no reconoció el matrimonio homosexual, condenó el aborto con una dureza inusitada y siguió defendiendo el celibato. Mientras la Iglesia siga siendo una institución patriarcal, difícilmente se puede esperar otra cosa.

Donde sí fue innovador, fue en el plano macroético. Allí adoptó posturas que incluso para muchos líderes mundiales resultan demasiado audaces. Señaló las heridas abiertas de nuestro sistema económico, de la política migratoria, de nuestra relación con la Tierra.
Contra la guerra y el militarismo

Al inicio de la guerra en Ucrania el papa se opuso frontalmente a la fiebre bélica de Occidente. En mayo de 2022 habló de “una guerra que quizás fue provocada de alguna manera, o que no se impidió”. Habló de países de la OTAN que “ladraban a las puertas de Rusia”.

En una entrevista en marzo de 2024 dijo que Kiev debía tener el coraje de negociar el fin de la guerra con Rusia.

En su mensaje de Navidad de 2023 arremetió contra la industria armamentista. En relación con Gaza, el papa calificó de terrorismo los ataques de Israel contra civiles desarmados. En varias ocasiones pidió un alto el fuego inmediato.

Está claro que el Vaticano no depende de la industria armamentista ni baila al son de Washington.
Migración: entre humanidad y deber moral

Francisco defendió regularmente los derechos de las personas migrantes y refugiadas. Llamó a los países a ser más hospitalarios y humanos hacia las personas migrantes. Calificó de “pecado grave” negarse a ayudarlas.

Francisco siempre devolvía el tema migratorio a su núcleo humano. Las personas refugiadas no son una amenaza, sino hermanos y hermanas. Criticó la militarización de las fronteras y la indiferencia de los países ricos ante la desesperación de las personas que huyen.

Visitó campos de refugiados, llevó a personas refugiadas a Roma y exhortó a los líderes europeos a cumplir con su deber, no como políticos, sino como seres humanos.

Condenó el racismo y la xenofobia. Subrayó que las personas refugiadas no son “estadísticas”, sino personas con historias y derechos. Llamó a ampliar las vías de acceso para las personas migrantes y abogó por una “gobernanza global de la migración basada en la justicia, la fraternidad y la solidaridad”.

Su visión era clara: la migración no es un problema temporal, sino un fenómeno estructural. Y requiere una respuesta ética y solidaria, no vallas ni devoluciones en caliente. Sus valientes declaraciones sobre este tema contrastan fuertemente con las de los políticos actuales, incluso de buena parte de la izquierda.
Capitalismo bajo fuego

Las críticas de Francisco al capitalismo no tenían precedentes para un papa. Llamó al actual sistema económico “un callejón sin salida”. En sus encíclicas y discursos arremetió duramente contra la desigualdad, el poder de los mercados y la lógica inhumana del beneficio por encima del bienestar.

Como el capitalismo genera pobreza, se opuso a él con firmeza. “No podemos seguir esperando para resolver las causas estructurales de la pobreza, para curar nuestra sociedad de una enfermedad que solo puede conducir a nuevas crisis. Los mercados y la especulación financiera no pueden gozar de autonomía absoluta”, dijo en una entrevista.

También los ricos recibieron lo suyo. “Jesús afirma que no se pueden servir a dos señores, Dios y la riqueza”. Abogó por una redistribución de la riqueza, una fiscalidad justa y una revisión de nuestros fundamentos económicos.

Sus palabras podrían perfectamente provenir de un economista como Thomas Piketty o de un líder sindical. Las declaraciones del papa contrastan con los regalos fiscales para los ricos de las últimas décadas y con la negativa a introducir un impuesto a la riqueza.

Para Francisco estaba claro: quien quiera combatir la pobreza debe atacar el sistema que la genera.
Clima: Laudato Si’ como brújula moral

También en lo que respecta al clima el papa cuestionó el sistema económico y señaló con el dedo la maldita responsabilidad de los líderes mundiales.

Con su encíclica Laudato Si’, Francisco hizo historia. Ningún otro documento religioso tuvo tanto impacto en el debate climático. Estableció el vínculo entre la destrucción ecológica y la injusticia social.

Proteger el planeta no era, según él, un lujo, sino una necesidad moral. Llamó a tomar decisiones radicales, a ir más allá de los intereses económicos y los egoísmos nacionales. La crisis climática, afirmó, es también una crisis espiritual.

Señaló que el calentamiento global agrava otros problemas sociales como la salud, la alimentación, el agua y la seguridad (inter)nacional. Estas crisis nos obligan “a tomar decisiones radicales que no siempre son fáciles”.

Según él, nos enfrentamos a una elección: o bien nos replegamos sobre nosotros mismos y buscamos refugio en el proteccionismo y la explotación, o bien vemos la crisis como una oportunidad de cambio. Solo esta última opción, según él, nos llevará hacia “un horizonte más claro”. Pero eso solo es posible sobre la base de “un renovado sentido de responsabilidad compartida por nuestro mundo y una verdadera solidaridad, basada en la justicia”.

El papa subrayó que la humanidad nunca ha tenido tantos medios a su disposición para evitar una crisis climática. Pero entonces los líderes deben asumir su responsabilidad. A pesar de toda la retórica bonita y muchas promesas, eso sigue sin ocurrir.

Para muchos activistas climáticos, Francisco fue un aliado.
Verdades incómodas para los medios

Que este lado del papa rara vez apareciera en los medios tradicionales no es una coincidencia. Sus críticas al capitalismo, a la política bélica, a la hipocresía migratoria tocan los fundamentos del pensamiento neoliberal en el que también están profundamente enraizados la mayoría de los medios.

Por muy conservadores que fueran, los papas anteriores solían recibir una acogida más indulgente porque se mantenían dentro de los marcos esperados. Francisco, en cambio, rompió esos marcos. Y eso lo hacía más difícil de encasillar.

En muchos reportajes mediáticos se hablaba sobre todo de sus posturas sobre el aborto o la homosexualidad, precisamente los temas en los que fue menos innovador. Sus llamados más radicales a que el mundo se replantee a sí mismo apenas recibieron atención.
Sucesión

Francisco no fue perfecto. No logró reformar a fondo la Iglesia, tuvo dificultades a la hora de abordar los abusos y dejó algunos expedientes sin cerrar. Pero sí fue una voz de claridad moral en una época de gran confusión e incertidumbre. La mayoría de los líderes mundiales palidecen ante la figura de Francisco.

Ahora ha comenzado el período de sede vacante. Pronto los cardenales elegirán a un sucesor. La pregunta es si su sucesor será tan valiente en lo macro como lo fue Francisco. El mundo lo necesita.

Texto original: https://www.dewereldmorgen.be/artikel/2025/04/21/paus-franciscus-overleden-stem-van-de-armen-en-geweten-van-de-wereld/

Esta traducción se puede reproducir libremente a condición de respetar su integridad y mencionar al autor, al traductor y Rebelión como fuente de la traducción.

https://rebelion.org/fallece-el-papa-francisco-voz-de-las-personas-pobres-y-conciencia-del-mundo/


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