El secretario de Estado norteamericano, John Kerry, se reunió con delegados de Santos y de las FARC.
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No hay duda del papel de Washington en la guerra colombiana y su prolongación. Por eso, para los defensores de los derechos humanos es buena noticia que ahora también quiera ser protagonista del proceso de paz. Vence el plazo para el anuncio final.
Por Katalina Vásquez Guzmán
Desde La Habana
Las sirenas suenan cada tanto y todos giran la mirada. Barack Obama cruza las calles de La Habana en la “bestia” que sigue ondeando las banderas de Cuba y Estados Unidos ante las multitudes quienes, con un cielo bondadoso de calor y sin lluvia, salieron a las calles para ver pasar la caravana gringa de una decena de camiones negros ultrablindados. Entre tanto, en el noreste de la isla su secretario de Estado John Kerry pasó la tarde con las partes de la Mesa de Conversaciones de los Diálogos de Paz que se realizan en esta isla hace más de tres años.
La visita del mandatario estadounidense se realizó en estas fecha, según dijeron los medios hace unas semanas, a propósito del anuncio del presidente Juan Manuel Santos de firmar la paz con las Farc el 23 de marzo. Sin embargo, el acuerdo final no está listo y se espera que mañana lo que anuncien los colombianos sea el cese bilateral del fuego. De cualquier modo, Estados Unidos no solo miró hacia el Proceso de Paz sino que le brindó un espaldarazo de primera categoría al sentarse con ambas partes, por separado, durante toda la tarde de ayer.
Primero, el político norteamericano atendió a los plenipotenciarios de la Delegación del Gobierno de Colombia: Humberto de La Calle, Sergio Jaramillo, María Paulina Riveros, y el General Javier Florez quien lidera por el Estado colombiano la subcomisión de Fin del Conflicto donde se negocia hoy día el tema más sensible recientemente: las zonas de concentración de la insurgencia en Colombia en cuanto dejen las armas para pagar las penas que impondría el Tribunal de la Jurisdicción Especial para la Paz, y luego, saltar a la política en el marco de una democracia. Para De La Calle, es de destacar el compromiso de Estados Unidos con la paz de Colombia.
“Hubo elementos extraordinariamente concretos. Por ejemplo, el anuncio de ayuda de los Estados Unidos en relación con la seguridad de las personas que dejen las armas que es un tema que, sabemos, es crítico en las conversaciones”, aseguró en video realizado por su grupo de comunicaciones al finalizar la reunión de una hora y media. Según el jefe de la delegación de gobierno, Kerry reiteró el apoyo fiscal que ya había ofrecido EE.UU. recientemente a propósito del aniversario número 15 del Plan Colombia. Ese país realizará “inversiones que requiere el posconflicto y también” así como apoyará la inmensa tarea de desminado junto a Noruega.
El papel de Estados Unidos en la guerra colombiana y su prolongación no tiene duda. Por eso para defensores de derechos humanos es buena noticia que ahora también quiera ser protagonista de la paz. Mientras tanto, en el país siguen existiendo siete bases militares norteamericanas y centenares de contratistas y militares norteamericanos que apoyan las Fuerzas Militares con sus armas y tecnología, en la clásica guerra contra las drogas que emprendieron en América Latina desde los años noventa.
Justamente, al respecto las FARC le pidieron a Estados Unidos a través de Kerry “que contribuya a poner en marcha ya el Acuerdo logrado en la Mesa de Diálogos sobre solución al problema de los cultivos de uso ilícito con la implementación de los proyectos y programas económicos alternativos acordados en beneficio de los campesinos”, como lo dicen en comunicado el grupo rebelde.
La guerrilla agradeció el trabajo del enviado especial del Departamento de Estado, Bernard Aronson, quien pasó hace unos días por la isla para verse con los protagonistas del Proceso de Paz. “Al respecto, señor Kerry, por su conducto pedimos a EE. UU. ayude a frenar la violencia paramilitar, que en medio del proceso de paz, sigue impunemente segando la vida de defensores de Derechos Humanos y dirigentes sociales”, declararon las FARC durante su encuentro con los norteamericanos que duró poco menos de charla con la delegación oficial.
Tanto los representantes de EE.UU. como el gobierno y la guerrilla de Colombia evitaron hablar con la prensa que rodeaba el lujoso sector de El Laguito desde el medio día. Allí se hospedan los más de sesenta rebeldes que hacen parte de la Delegación de Paz de las FARC-EP desde que iniciaron las conversaciones en 2012. Las casas de protocolo son la morada de las más distinguidas personalidades que pasan por Cuba. Sin embargo, Obama y su comitiva permanecen en casa del Embajador.
http://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/1-295143-2016-03-22.html
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