Por Kaos. América Latina
El autócrata de extrema derecha Alejandro Giammattei, presentó su cuestionado segundo informe de Gobierno en el Congreso este viernes 14 de enero.
Se dirigió a un Congreso controlado por el partido oficial y sus aliados, y habló muy suelto de cuerpo de crecimiento económico, control de la pandemia y sana relación con Estados Unidos como parte de sus logros. Sin embargo, el segundo año de gestión de Giammattei fue criticado por la misma población por actos de corrupción en el gobierno, algunos miembros del ejército vinculados con el narcotráfico y funcionarios públicos que fueron sancionados por el gobierno estadounidense.
En abril de 2021, el presidente recibió de una delegación de empresarios rusos sobornos envueltos en alfombra para negociar concesiones de puertos y licencias mineras en el país, según las declaraciones de un testigo publicadas por The New York Times.
Mientras la regresión autoritaria fue evidente con la llegada de Giammattei, como presidente de Estado, fue calificado como “corrupto” por la ciudadanía, además de violento y represor, hechos que desataron varias jornadas de protestas a nivel nacional.
En su primer año de gobierno (2020) fue evidente la corrupción ante el mal manejo de la pandemia de COVID-19, en el que hubo un confinamiento por seis meses, sin garantizar condiciones para abastecer a los centros del sistema hospitalario, como de emergencia y otros servicios sanitarios.
Asimismo, hubo poca y mala atención a las familias damnificadas por las tormentas Eta y Iota ocurridas en noviembre de ese mismo año, que dejaron casi 1.8 millones de damnificados, 61 muertos y un centenar de desaparecidos, 92 mil viviendas y 447 escuelas afectadas. También 6 mil millones de quetzales en pérdidas económicas.
El gobierno también utilizó la violencia para reprimir la protesta social del 21 noviembre de 2020, además de suspender de manera constante derechos constitucionales, tras la implementación de estados de sitio, de prevención y de calamidad pública.
Las acciones de Giammattei en los dos años de gobierno solo favorecen a un sector minoritaria, es decir a los sectores oligarcas, terratenientes y militares vinculados a crímenes de lesa humanidad cometidas en tiempos de la guerra interna que duró 36 años. El presidente ha beneficiado a estos sectores con el desmantelamiento de las instituciones, como lo hizo con la institucionalidad de la Paz y la institucionalidad agraria.
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