La empresa de Federico Braun aumentó cinco puntos más que la competencia
Datos que maneja el Gobierno prueban la frase del ceo de la firma, de que se sube a diario contra la inflación. Las alzas en Santa Cruz y Chubut, donde reinan.
“Qué hace La Anónima contra la inflación?”, le preguntaron a Federico Braun, dueño de esa cadena de supermercados, en el cumpleaños número 20 de la Asociación Empresaria Argentina (AEA). “Remarcamos todos los días”, contestó entre risas. A la salida de ese evento, abordado por la prensa, el ceo se excusó dado que ya había sido cruzado en redes sociales por la vicepresidenta Cristina Kirchner y luego por el Presidente Alberto Fernández y el ministro de Economía, Martín Guzmán: “fue un chiste, si no lo entienden…”, aseguró. Pero los números confirman que esa expresión fue más una confesión de una conducta que una broma de ocasión: según cifras que maneja el Gobierno, la empresa de Braun subió los precios, en lo que va del año, 5 puntos más que la competencia. Incrementos que se dan además en un país en el que la inflación general del INDEC, comunicada ayer, escaló a 5,1 por ciento, indicador en el que Alimentos de góndola, los que vende Braun, tuvieron una suba del 4,4 por ciento.
Según datos que manejan en el Gobierno y a los que accedió Página I12, La Anónima aumentó los precios por encima de su competencia directa en hasta 5 puntos, siendo la cadena dominante en la región patagónica. Ese excedente, además, no es menor, porque los competidores no tienen márgenes bajos de suba. Es decir, son niveles importantes de incrementos en productos de la canasta básica, en un escenario donde los sectores sociales bajos y medios tienen serios problemas para acceder a ese tipo de productos. Naturalmente, la acción de los Braun no es la causal de los niveles de inflación y los problemas que el Gobierno tiene para contenerla, pero sí grafican una manera de moverse de los sectores empresarios cuando está revuelto el río de los precios.
Las cifras que da a conocer este diario las manejan en el Ministerio de Economía, pero no son parte de una investigación minuciosa, sino de un análisis de las remarcaciones de todos los actores desde principios de año a hoy, en base a información que las mismas cadenas dan a conocer. Es decir, la afirmación del dueño de La Anónima se comprueba con los datos que esa misma empresa vuelca a los sistemas de información del Gobierno.
Entre el 1 de enero de este año y la última semana de junio, La Anónima aumentó los precios en la región Patagonia cinco puntos más que una cadena similar en cuanto a volumen de ventas y cantidad de locales, según la información que se maneja. En ese período y tomando la canasta de supermercado (más de 1800 productos alimenticios, bebidas, productos de higiene personal y de limpieza) la firma de Braun aumentó 5,1 por ciento más que Carrefour en Santa Cruz. Subió allí los precios un 30,4 desde comienzos de año, mientras que la cadena francesa los incrementó un 25,3 por ciento. En el otro lugar en donde es fuerte La Anónima, la provincia de Chubut, aumentó un 4,5 por ciento más que su competencia “gemela”. Allí, la firma subió 30,6 contra un 26,1 por ciento de Carrefour. En estas mediciones de subas están excluidos los productos frescos, dado que por su volatilidad diaria (sobre todo frutas y verduras) distorsionan los indicadores.
Otr punto interesante a mirar en la conducta de La Anónima es que los aumentos en los supermercados deberían ser, por autorización oficial, todos iguales. En este caso, hay alzas por encima de la media, cuando esa posibilidad muestra un falseo de acuerdos políticos por las subas. Eso, en parte y según diagnostican en el Gobierno, tiene que ver además con que es una cadena que está fuera del rango del AMBA, donde los controles oficiales son más efectivos. El punto en cuestión exige aún más al Gobierno a tomar medidas de fondo contras las remarcaciones, cuando además estaba al tanto de las alzas.
Estos datos que se adelantan en este artículo no sólo confirman que la broma no era una broma, sino que además introducen a la discusión de los precios un componente político que no estaba. Un Gobierno aglutinado detrás de una confesión de un actor central del negocio, justo cuando se debaten las causas de los altos niveles de inflación en Argentina y es clave en los meses siguientes que Economía logre controlar la influencia de los aumentos en alimentos a nivel federal, si es que quiere terminar el año con un índice de precios por debajo del 70 por ciento.
En paralelo, el caso Braun instala en el seno del sector privado un conflicto que cambia el foco de las negociaciones que se vienen por aumentos de precios. El Gobierno, sindicatos y organizaciones sociales cruzaron en público al presidente de La Anónima, pero para el Ejecutivo, además de la confrontación pública, los datos son insumo para cortar con intentos posteriores de subas fuertes. Tal la dinámica que se daba hasta ahora, donde los supermercados se quejaban de no poder acomodar los valores según lo deseado. Por esta razón, las declaraciones de Braun cayeron como una bomba en sus competidores, que tal como adelantó este diario la semana pasada, ahora se ven “siempre observados, con la lupa puesta en todo el sector”. Es que, hasta el momento, la textual del ceo dinamitó la construcción que los súper venían haciendo: que la causa de la formación de precios en la Argentina no es responsabilidad de las cadenas comercializadoras, sino de los fabricantes de alimentos, bebidas y limpieza nucleados en la Coordinadora de Productores de Alimentos (Copal).
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