Quienes habitamos las tomas y campamentos de Chile pertenecemos a la misma clase trabajadora que produce la riqueza que sólo gozan unos pocos, a costa de explotarnos y destruir el medio ambiente.
A pocos días del brutal desalojo de la Toma 17 de Mayo, pobladoras y pobladores de tomas y campamentos, pueblo trabajador en lucha, y colectivos y organizaciones solidarias, nos autoconvocamos en una asamblea abierta con el propósito de coordinar y unir fuerzas para detener los desalojos, derogar la ley de usurpaciones, y enfrentar la ofensiva represiva del Estado contra quienes empeñamos la vida a diario por conquistar el derecho a una vivienda digna.
El Estado antipopular que quema nuestras ocupaciones de terreno y gasea a nuestros niños y viejos tiene nombre y apellido. Se llama gobierno de Boric, poder judicial, policías, municipios, guardias privados, congreso y todo el andamiaje institucional del empresariado multimillonario. Esa minoría dueña de los medios de comunicación que nos criminaliza, nos muestra como delincuentes, como víctimas o victimarios, nunca como comunidades trabajadoras que batallan por una vida mejor y por justicia social.
La asamblea abierta que hemos concretado este sábado 25 de mayo en Santiago, también se ha comprometido a ampliar la organización y articulación de las tomas y campamentos hermanos que así lo necesiten. Sabemos muy bien que debemos defendernos, que debemos comunicar nuestra causa justa a todo el país por nuestros propios medios, que debemos acopiar información sobre los suelos, la tierra y los terrenos que tenemos que ganar con lucha y proyectos para que valga la pena vivir.
La vivienda es un derecho básico universal. Implica el derecho al agua potable, alcantarillado, electricidad, gas, urbanización participativa y democrática. Y también está conectada a los derechos de empleo seguro, sueldos y pensiones que alcancen para no endeudarnos, poder ahorrar y postular colectivamente a un lugar donde vivir. Además, requerimos contar con educación y salud pública, gratuita, de calidad y garantizada. De lo contrario, seguirá multiplicándose la pobreza y la desigualdad social.
Las tomas son parte de la historia del país, están en la memoria de las familias chilenas. Nuestras abuelas y abuelos poblaron cada territorio a través de asentamientos informales (tomas y campamentos) que posteriormente fueron regularizados y hoy son grandes ciudades. Una de nuestras tareas es remecer las conciencias y recuperar la memoria.
Quienes habitamos las tomas y campamentos de Chile pertenecemos a la misma clase trabajadora que produce la riqueza que sólo gozan unos pocos, a costa de explotarnos y destruir el medio ambiente.
En consecuencia, llamamos a las y los hermanos pobladores de las tomas y campamentos que recorren el país, a sindicatos, organizaciones de trabajadores, organizaciones feministas y disidentes, comunidades mapuche en resistencia, estudiantes, pescadores artesanales, comunidades del norte que resisten la minería, organizaciones ambientalistas, trabajadores/as de las artes, académicos y profesionales de la clase popular, para agigantar nuestras fuerzas.
Hemos luchado toda la vida. Los invitamos a juntar nuestras luchas por una vivienda y una vida digna, comunitaria y fraterna.
Tomas y Campamentos en Resistencia
Contacto: campamentosytomas@gmail.com
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