
Guadi Calvo*, Resumen Latinoamericano, 24 de enero de 2025.
A pesar de tres meses de impugnaciones y protestas, por lo que se cree fue una estafa
electoral, el pasado miércoles quince, Daniel Chapo, del Frente de Libertação de
Moçambique (FRELIMO), asumió como nuevo presidente, tras imponerse en las
elecciones del nueve de octubre último al Partido Otimista pelo Desenvolvimento de
Moçambique (PODEMOS) de Venâncio Mondlane.
La ceremonia del traspaso de poder, del ahora expresidente Filipe Nyusi a su sucesor, se
vio opacada por los miles de seguidores de Mondlane, que se concentraron en
proximidad a la Plaza de la Independencia, en la ciudad de Maputo, para de alguna
manera impedir la sucesión. Lo que obligó una vez más a que las fuerzas de seguridad
reprimieran con ferocidad, dejando, según el Centro para la Democracia y el
Desarrollo, al menos media docena de muertos y un número indeterminado de heridos.
Con la asunción de Chapo, el FRELIMO se estaría asegurando, por lo menos, cinco
años más en el poder, como sucede desde 1975, cuando la antigua guerrillera marxista-
leninista, tras once años de guerra revolucionaria, consiguió expulsar a Portugal, la
antigua potencia colonial.
En los años noventa, el FRELIMO abandonaría su ideario político para reconvertirse a
un neoliberalismo salvaje, financiado por el FMI, lo que ha llevado al país a la ruina.
Aunque en esta ocasión el FRELIMO, a pesar de haberse impuesto por más del sesenta
y cinco por ciento de los votos a PODEMOS, que consiguió poco más de un veinte por
ciento, llega más debilitado que nunca.
Ya no solo por la crisis económica, los altos índices de desocupación y pobreza, y la
corrupción crónica, ha permitido el plafón al candidato perdedor para alentar desde el
exilio una campaña de violentas protestas en prácticamente todas las ciudades del país,
que dejó, poco más de trescientos muertos, cerca de setecientos heridos y más de cuatro
mil detenidos. (Ver: Mozambique: Demasiado cerca del estallido).
Paradójicamente, tras la importante derrota sufrida por Venâncio Mondlane, un
banquero y pastor mediático del Ministerio Divina Esperança, una de las muchas sectas
evangélicas de origen brasileño que inundan ese país, su figura creció en popularidad,
por lo que la presidencia de Chapo estará marcada por un fuerte control de la oposición.
Mondlane es admirador del presidente norteamericano Donald Trump y seguidor del
brasileño Jair Bolsonaro, a quien en un homenaje público llamó del fascista que es: “Un
hombre de Dios, que da esperanza. Un hombre de familia, de valores, de principios que
se solidifican y eso es una gran esperanza para el Brasil”.
Además, el candidato derrotado es “socio” del partido de extrema derecha portugués
Chega (¡Basta!), cuya una de sus principales consignas es “Limpiar Portugal” de
inmigrantes, incluidos africanos y mozambiqueños. El líder de Chega, Diogo Amorim,
fue el único del espectro político portugués que recibió a Mondlane en su gira a la
antigua metrópoli.
Mondlane, fue el principal instigador de las protestas contra el gobierno mozambiqueño,
aunque lo hizo valerosamente escondido en Johannesburgo, mientras sus partidarios
eran masacrados por la policía y escuadrones de la muerte en las calles de su país.
Retornado a Mozambique el pasado nueve de enero, diciendo que su vuelta había sido
de motu proprio, cuando se sabe que contaba con las garantías, al igual que otros
candidatos, tras ser convocados por el presidente saliente Filipe Nyusi.
A su llegada al aeropuerto de Maputo, protagonizó una ficticia ceremonia de asunción
presidencial. Además de autoproclamarse el “fiel de la balanza”, que puede decidir que
el país marche a una nueva guerra civil.
Mondlane dijo haber presentado al nuevo gobierno un plan de veinticinco puntos
destinado a mejorar la calidad de vida de los ciudadanos. Advirtiendo, biblia en mano,
que, de no cumplir, en noventa días volverá a llamar a las protestas.
Entre esos puntos, reclama una mayor liberalización de la economía y reformas para
implementar la separación de poderes del Estado. Además, exige medidas para combatir
la pobreza, acceso gratuito al agua potable, la exención de impuestos a productos de la
canasta alimenticia, la construcción de viviendas populares, la gratuidad escolar, la
suspensión de peajes, además de terminar con la corrupción policial, promover los
derechos humanos y una irrestricta libertad de expresión y de prensa.
Respecto a lo que ha dejado la represión, exige detener la ola represiva de inmediato, ya
que no se ha detenido desde el pasado veinticinco de octubre, la libertad de todos los
detenidos y una compensación en meticales, la moneda mozambiqueña, equivalente a
unos tres mil dólares, para quienes hayan perdido a un familiar durante la represión.
De no acceder a sus reclamos, Mondlane promete llamar nuevamente a protestas más
intensas, en las que ya advirtió, que el pueblo se vengará de los agentes si vuelven a
asesinar a un solo ciudadano. Aplicando lo que llamó la ley del talión, por la que, con
cada víctima de la policía: “Será vengada automáticamente y de la misma manera”.
Llámenme agitador, llámenme lo que quieran…
“Llámenme agitador, llámenme lo que quieran”, dijo Mondlane, y siguió: “pero el
pueblo está siendo asesinado y secuestrado. Así será: “la ley del talión, ojo por ojo”,
anunció mientras se autodenomina “presidente electo por el pueblo mozambiqueño” y
califica a Chapo, el nuevo mandatario, como ” el presidente de los asesinatos, de las
fosas comunes y de las detenciones ilegales”. Asentando las bases para que en pocas
semanas el país se vea envuelto en una nueva guerra civil.
Nuevamente, Mozambique se encuentra sometida a la violencia política, la que
obviamente puede derivar a un enfrentamiento armado de proporciones, teniendo en
cuenta que además de PODEMOS, todavía juega y jugara mucho más fuerte el
movimiento de ultraderecha, Resistência Nacional Moçambicana (RENAMO), el grupo
paramilitar y de mercenarios, reconvertido más tarde en partido político, que financiado
por la Sudáfrica del apartheid, los Estados Unidos y Rodesia e Israel, entre otros países
libró una guerra civil entre 1977 y 1992, contra el gobierno marxista del presidente
Samora Machel, líder del FRELIMO, guerra que dejó cerca de un millón de muertos y
concluyó con de la firma de los Acuerdos de Roma, el cuatro de octubre de 1992.
Algunos analistas, dado que por varios años Venâncio Mondlane fue el principal vocero
de RENAMO, consideran que PODEMOS podría ser una segunda marca de la
organización ultraderechista, y que haya un acuerdo bajo cuerda entre ambos partidos.
Mondlane, sin duda a partir de la llegada de Trump a la Casablanca, contará con el
apoyo del Departamento de Estado, aunque solo para perturbar las muchísimas
inversiones europeas y chinas en proyectos de explotación en petróleo, gas y otros
minerales, de lo que, a pesar de su pobreza, Mozambique es riquísimo.
Según expertos, particularmente los jóvenes de origen rural, apremiados por las faltas de
horizontes, para salir de la miseria, que han llegado a las ciudades en busca de cualquier
trabajo, se pueden convertir en carne de cañón, para que especuladores como Mondlane,
a quien nunca les han importado, puedan utilizarlos en caso de la necesidad de
profundizar el conflicto.
Son estos mismos jóvenes que han protagonizado las protestas de estos últimos meses,
que ahora parecen dispuestos a dejarse llevar por un líder carismático, que los conduzca
a un nuevo callejón sin salida.
Ya en el norte del país, en la provincia de Cabo Delgado, a partir del olvido de la clase
política de las necesidades de los sectores más marginados, a pesar de ser el epicentro
de las grandes inversiones de las energéticas como la francesa TotalEnergies, la italiana
ENI o la estadounidense ExxonMobil, la khatiba terrorista Wilāyat Wasat Ifriqiya
(WWI) (Provincia Islámica de África Central), afiliada al Daesh global, que opera desde
2017, ha conseguido hacer pie, donde está haciendo estragos (Ver: Mozambique, bajo
las banderas negras del califato).
A nivel nacional, si bien es cierto que tanto el ejército como la policía fueron moldeados
en las guerras anticolonial y civil, no son proclives a incursionar en lo político, por lo
que es difícil que desde allí se genere un golpe de Estado. Se conoce que, hacia el
interior de ambas fuerzas, tanto el ejército que apenas cuenta con unos cinco mil
efectivos y la fuerza policial que suma en total unos cien mil hombres, incluida su élite,
la poderosa y temida Unidad de Intervención Rápida, se han mantenido fieles al
gobierno. Se conoce de quiebres hacia el interior de ambos grupos. Dado
particularmente entre la oficialidad que sigue apoyando al FRELIMO y los suboficiales
y tropa, que han sido el brazo ejecutor de la represión, conocen de manera fidedigna lo
justo de los reclamos, más allá del oportunismo de Mondlane, que ha sabido sacar
muchos beneficios de la situación, con apoyo económico y presión política y mediática.
Los estamentos más bajos de ambas fuerzas podrían optar por la guerra civil, para
asaltar el poder.
*Guadi Calvo es escritor y periodista argentino. Analista Internacional especializado en
África, Medio Oriente y Asía Central. En Facebook:
https://www.facebook.com/lineainternacionalGC.
https://www.resumenlatinoamericano.org/2025/01/24/mozambique-quien-decide-la-guerra-civil/
Periódico Alternativo publicó esta noticia siguiendo la regla de creative commons. Si usted no desea que su artículo aparezca en este blog escríbame para retirarlo de Inmediato
No hay comentarios.:
Publicar un comentario