Por Horacio Duque
En la medida en que nos acercamos a la elección de la Constituyente comunal arreciara la acción violenta y terrorista de sus enemigos, que son varios.
La convocatoria a una Constituyente comunal bolivariana por parte del Presidente Nicolas Maduro en ejercicio de sus facultades constitucionales ha desatado una violenta campaña de sabotaje para impedir su realización a partir del segundo semestre del año en curso (2017). Ha desatado todos los demonios opositores con sus rabias y frustraciones
Los enemigos de la Constituyente comunal son varios. Se trata de una red que articula diversos nodos.
Esta la Mud, el aparato político de los escuálidos retrógrados; esta el gobierno de Trump y todo su tinglado militar y de espionajes (Cia, Dea); también las multinacionales de los hidrocarburos; igualmente las poderosas organizaciones empresariales y financieras; los jerarcas de la oscurantista jerarquía eclesiástica; los gobiernos derechistas de la región como el mexicano, el peruano, el bogotano, el brasilero, el chileno, etc; esta la OEA y su Almagro; esta la telaraña mediática al servicio de los grandes poderes oligárquicos; esta Rajoy y toda la derecha española; esta Uribe Vélez y sus paramilitares; se encuentra la Fiscal Luisa Ortega y el organismo que gerencia, el Ministerio Publico venezolano.
Por supuesto, allí hay también unos grupúsculos seudoizquierdistas y unos intelectuales de pacotilla, resentidos porque no se les hace caso en sus análisis completamente descontextualizados y sesgados.
Es la vieja izquierda pagada por el presupuesto de la Cia y la Dea.
Toda esa maraña de intereses se ha confabulado para impedir, mediante la violencia y el terrorismo, la realización de este histórico evento de transformación y cambio en la patria del Libertador Simón Bolívar.
En la medida en que nos acercamos a su elección y funcionamiento arrecia la campaña de mentiras y actos violentos para hacerla fracasar.
Por lo visto sucumbirán en ese cometido.
Su decisión, como en el 2005, es no participar del proceso constituyente y descalificarlo con miles de argucias y sofismas. Quedaran al margen.
Uno de los sofismas es que las bases comiciales desconocen el voto individual y universal, ignorando el novedoso mecanismo fijado en las bases comiciales para dar mayor representación a los sectores populares y comunales, pues la Constituyente contará con 545 miembros elegidos unos en el ámbito territorial y otros en el sectorial. El ámbito territorial contará con 364 miembros, lo que representa el 66. 7 %. El resto se distribuirá entre los diferentes sectores sociales y comunidades indígenas (173 y 8 respectivamente). En el ámbito sectorial hay cupo para 5 empresarios y 24 estudiantes. Igual ocurre con los obreros. La idea de una elección que tenga en cuenta lo sectorial nos puede parecer extraña, pero no por eso menos democrática. ¿Qué pasaría si en México, Perú, Argentina, Colombia o en USA, en el Poder Legislativo hubiese un sector que se eligiera de esta forma? En otras palabras, ¿que hubiesen campesinos, trabajadores, pensionados y estudiantes discutiendo los proyectos que nos afectan a todos?
Para las camarillas oligárquicas eso es impensable, absurdo e inviable.
La Constituyente va y quienes la sabotean pretendiendo derrocar al gobierno legítimo del Presidente Nicolas Maduro para instalar un régimen neoliberal y autoritario quedaran en la ruina y atrapados por las diversas formas de la violencia terrorista que el gobierno debe combatir a fondo y enérgicamente.
Coda. Correcta la propuesta para que el dirigente Diosdado Cabello sea el Presidente de la Constituyente comunal. Su prestigio y liderazgo así lo amerita.
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