Las cordiales conversaciones entre el presidente estadounidense, Joe Biden, y su homólogo chino, Xi Jinping, se vieron inmediatamente perjudicadas por las declaraciones hostiles del propio mandatario norteamericano y los sermones arrogantes de su Administración, dijeron expertos a Sputnik.
Los dos líderes mantuvieron su esperada reunión, realizada el miércoles 15 de noviembre en las afueras de San Francisco, al margen de la cumbre de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC, por su sigla inglesa).
Tras el encuentro, que duró más de cuatro horas, el presidente Joe Biden dijo que se lograron avances importantes, ya que ambas partes acordaron abrir comunicaciones directas entre militares y comenzar a cooperar en materia de inteligencia artificial.
Sin embargo, a las pocas horas Biden indignó a los chinos al
describir en público nuevamente a Xi como un "dictador". Sus comentarios provocaron una inmediata respuesta de Pekín. La portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores chino, Mao Ning, calificó el comentario del presidente norteamericano de "incorrecto e irresponsable".
"Nuestras políticas y retórica continúan aumentando la tensión en lugar de aliviarla", dijo a Sputnik el teniente coronel retirado del Ejército estadounidense Earl Rasmussen, comentarista político y ex vicepresidente de la Fundación Eurasia.
"Hasta que
salgamos de nuestra cueva y nos demos cuenta de que el mundo está cambiando y adoptemos una visión cooperativa, no mejorarán mucho las relaciones y el mundo dejará atrás a Estados Unidos y sus aliados cercanos", añadió el exmando.
Añadió que el resumen de los acontecimientos hecho por la Casa Blanca tras el encuentro reflejó la arrogancia y la beligerancia estadounidenses.
"Basándonos en la lectura de EEUU, seguimos siendo el país todopoderoso que le dice a los demás todo lo que hacen mal, mientras proclamamos que queremos una región Indo-Pacífico libre y abierta; la libertad de navegación y la adhesión al derecho internacional, y por supuesto mantener la paz y la estabilidad mundial con
nuestro apoyo a Ucrania e Israel", ironizó Rasmussen.
El exanalista y jefe de estación de la Agencia Central de Inteligencia (CIA, por sus siglas en inglés) estadounidense Philip Giraldi dijo que la decisión de Biden de llamar dictador a su par chino explica "por qué Estados Unidos está en declive".
Sin embargo, añadió, por ahora no hay nadie en Washington lo suficientemente sensible como para revertir esta trayectoria.
Un orden mundial obsoleto
El historiador, comentarista político y editor de Canadian Patriotic Review Matthew Ehret coincidió en que los comentarios de Biden expresan el colapso del ordenamiento político estadounidense y de su élite gobernante.
"La reunión Xi-Biden implicó un vistazo a
un orden mundial primitivo, senil y obsoleto que se derrite bajo sus propias contradicciones y trata desesperadamente de seguir siendo relevante cuando se lo coloca en estrecha proximidad con un paradigma sensato del siglo XXI", dijo.
La ingenuidad política y la incompetencia de Biden no son un fenómeno marginal porque casi todos los miembros del establishment político y mediático estadounidense piensan exactamente como él, opinó Ehret.
"Biden es la encarnación perfecta de la corrupción, el autoengaño y el egocentrismo característicos de la intelectualidad neoliberal que han formulado las políticas occidentales durante los últimos 60 años, sin ofrecer nada al resto del mundo" dijo el experto.
Xi, por otra parte, expresó la confianza y la fuerza filosófica y política de China a medida que fortalece su lugar en la escena mundial, señaló Ehret.
El líder chino "proviene de un lugar de confianza y fortaleza bien razonadas, al encarnar las antiguas tradiciones de la civilización china, los valores confucianos y la mayor tasa de progreso industrial y científico del mundo, lo que él sabe que representa la mayor salvación no sólo para el pueblo chino, sino para el mundo en general", afirmó.
Estados Unidos necesita trabajar de manera constructiva en la cooperación con China para construir un nuevo orden mundial genuino y favorable para todos, aconsejó.
"Si los propios Estados Unidos van a sobrevivir a las tormentas de la inestabilidad global y al colapso económico, que en gran parte han provocado ellos mismos, será en gran medida gracias a los esfuerzos creativos realizados por China para construir un nuevo sistema basado en la cooperación, el crecimiento industrial y la paz", dijo.
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