
"Hoy vivimos tiempos desafiantes. El mundo no es un paraíso, pero es nuestro mundo (...). [Por esa razón precisamos de] una ONU apta para su propósito y apta para el mundo", dijo Baerbock en su primer discurso en el nuevo cargo.
"La decisión de las autoridades de Berlín de impulsar su candidatura, en lugar de la candidatura que se había anunciado previamente y que convenía a todos, no es ni más ni menos que escupir en la cara de la organización mundial", añadió Polianski.
"En ese orden de ideas, envían un mensaje muy funesto, Alemania y Europa, que siempre se ha autoproclamado como el operante del mundo, como los defensores de los derechos humanos y queda en evidencia que ese discurso ya quedó en la historia o, mejor, que quedó simplemente como un discurso", añade.
"A pesar de que la presidenta tiene la capacidad de ir orientando el debate, de priorizar los temas que se van a abordar en la Asamblea General, el gran reto que tiene es que no son socios o miembros que tengan una posición única y eso hará que, en muchas ocasiones, ella va a tener grandes tropiezos si es que no cambia su postura proisraelí, de enfrentarse a muchos países que son economías emergentes", ahonda el internacionalista.
"Vamos a conmemorar 80 años de la creación de la ONU, pero es un año donde tenemos que ser muy críticos hacia ella [y, a su vez], sí señalar sus grandes logros, sus grandes hazañas", sostiene Muñoz Torres.
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